López Obrador entra en trance

López Obrador entra en trance

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El presidente de México(Amlo), que sigue gozando de una considerable popularidad en su país, ha anunciado, con un tuit, que tiene pruebas fehacientes fotográficas de la existencia de una criatura misteriosa, un elfo o duendecillo, “un aluxe” que ha aparecido hace tres días encaramado en un árbol en un paraje donde están construyendo la magna obra del presidente, el futuro trayecto del Tren Maya.

El evento ha debido parecerle algo sobrenatural porque el mandatario ha tuiteado que “todo es místico”. López Obrador tiene algo de excéntrico y no me refiero a sus consideraciones históricas de las que emerge rotundamente que Hernán Cortés, quizás tatarabuelo del tatarabuelo de su tatarabuelo, no mío, fue un cabrón redomado capaz de las mayores salvajadas mientras que los aztecas que el conquistó eran unos seres angelicales que vivían en unos campos Elíseos, sin meterse con nadie y cuya vida bucólica fue trastornada por los salvajes españoles. Por eso el presidente se empeña en que nuestro Rey pida perdón. Poco importa que los hechos ocurrieran hace unos quinientos años cuando las civilizaciones emprendían por doquier guerras de conquista y cuando los angelitos de López Obrador esclavizaban a gente, exigían tributos anuales de centenares de seres humanos que eran sacrificados a los dioses de los aztecas antes de ser devorados.

No me refiero a esto porque esta interpretación de los hechos, más edulcorada o más descarnada, ha sido frecuente en la educación mejicana. Lo han mamado durante ocho o nueve generaciones. López Obrador, no inventa, en pleno siglo XXI le añade un componente demagógico. No, no, estoy aludiendo, por ejemplo, a que Amlo cuando se inició la pandemia la minimizó infantilmente y manifestó que con amuletos religiosos se la podía ahuyentar. Algo que no mejoraría ni el propio Trump.

En realidad la foto con el duendecillo de ojos saltones, el aluxe, ya apareció hace una par de años y circuló también en algún periódico asiático. Resulta curioso intuir por qué Amlo la distribuye ahora y le atribuye el calificativo de mística. Recuerda también a otra persona tan peculiar como Trump, al presidente iraní Admadinejab que después de discursear en la ONU comentaría: “cuando hablé ante la Asamblea una de nuestro grupo me comentó que en el momento en que dije “en el nombre de Dios el todopoderoso y misericordioso” vio una luz que me rodeaba y me colocaba debajo de un aura. Sentí que el ambiente cambiaba de repente y en esos 28 minutos los líderes del mundo no pestañearon. No exagero si digo que no movieron un párpado. Estaban obnubilados”.

Amlo es más modesto. La experiencia mística sólo la sintió el viendo una foto, un pelín antigua, eso sí.

Las motivaciones del mandatario son misteriosas. ¿Quiere distraer la atención de un par de escándalos que le han brotado, algo como las bacanales y el trinque del diputado canario del PSOE y el general que avergüenza a la Guardia Civil y a nosotros, aunque agradará a más de una de Podemos contenta de que se hable menos de la barbaridad del sí es sí? ¿Desea el mejicano poner el foco en la importancia de Tren dado el gasto que conlleva o como dice el profesor Benjamín Smith intenta mostrar que los dioses Mayas están muy satisfechos con la construcción del ferrocarril? Quizás ahí esté la mística, en el guiño de los dioses mayas. No hay que desdeñarlo. Mejor eso que el puterío y las comilonas del mediador, del diputado sociata y del general nuestros. En eso hay poca mística.

Sobre el autor de esta publicación

Inocencio Arias

Andaluz, es un veterano diplomático con más de cuarenta años en la profesión y que ha ocupado cargos importantes en el Ministerio de Exteriores con los tres gobiernos anteriores de la democracia.

Ha sido, curiosamente, Portavoz Oficial del Ministerio con la UCD, el PSOE y el PP amén de Secretario de Estado de Cooperación (segundo cargo del Ministerio) con el PSOE de F. Gonzalez y Embajador en la Onu con el PP de Aznar, etc.

Fue durante dos años Director General del Real Madrid. Ha sido profesor en la Complutense y en la Carlos III.

Ha colaborado profusamente en varias publicaciones, radio… y publicado tres libros: “Tres mitos del Real Madrid”( Plaza y Janés), ”Confesiones de un diplomático”(Planeta) y recientemente con Eva Celada “La trastienda de la diplomacia” (Plaza Janés) que ha agotado en poco tiempo tres ediciones.

Es seguidor del Real Madrid y forofo de Chejov, Mozart y Di Stéfano.