Letrados judiciales. Una huelga de tanto éxito como daño

Los Letrados de la Administración de Justicia se manifiestan para pedir mejoras salariales.

EUROPA PRESSLos Letrados de la Administración de Justicia se manifiestan para pedir mejoras salariales.

Algo más de cuatro mil letrados judiciales van a disfrutar de una subida salarial extraordinaria (del orden de 450€ adicionales al mes en varios años) como resultado de la presión de una huelga que ha retrasado cientos de miles (dicen que 300.000) de procedimientos judiciales. El daño de la huelga es incalculable y lo van a sufrir decenas de miles de ciudadanos que por el retraso de los procedimientos se verán perjudicados en sus derechos.

¿Qué tienen que ver esos perjudicados por la deficiente gestión de la justicia? Es evidente que nada, pero son ellos los que van a sufrir y pagar el conflicto. El ministerio de Justicia ha ejercido de patronal muy poco responsable en este conflicto. Al ministerio corresponde gestionar ese colectivo de funcionarios públicos, y su huelga no perjudica a los altos cargos del ministerio que no han sabido gestionar la negociación con los letrados judiciales.

Aceptar esos 450 € mensuales adicionales podía haberse hecho desde primera hora evitando que miles de ciudadanos convertidos en rehenes forzosos e involuntarios paguen el fracaso. La Constitución en su artículo 28 (título I de derechos y libertades) establece el derecho de sindicación (párrafo 1) y el de huelga (párrafo 2) para dejar claro “el derecho de huelga de los trabajadores para la defensa de sus intereses.” Con el añadido de que: “la ley que regule el ejercicio de ese derecho establecerá las garantías precisas para asegurar el mantenimiento de los servicios esenciales de la comunidad”.

No ha habido desarrollo legislativo de ese derecho, aunque existe jurisprudencia para cubrir el vacío. Lo que queda claro en la Constitución es el deber de asegurar servicios esenciales”, ¿qué más esencial que el servicio de justicia? Si los perjudicados decidieran reclamar la reparación de sus derechos e intereses a cuenta de los causantes del perjuicio (el ministerio y los letrados) los tribunales tendrían un caso interesante para acreditar la vigencia de la Constitución.

La señal que manda este caso es que cualquier colectivo con capacidad para hacer daño social dispone de la oportunidad de exigir porque nada va a detenerles. La huelga ha sido un éxito, tanto como el daño causado a los ciudadanos y a la justicia.

Sobre el autor de esta publicación

Fernando González Urbaneja

Nacido en Burgos en 1950, licenciado en Ciencias Políticas y titulado en Periodismo.

Desde 1999 hasta el año 2006 profesor asociado del departamento de Historia Económica en la Universidad Carlos III.

En la actualidad es colaborador habitual de los diarios ABC y otras publicaciones. Desde noviembre de 2003 a diciembre de 2011 preside la Asociación de la Prensa de Madrid y desde abril del 2004 hasta septiembre de 2008 Presidente de la Federación de Periodistas de España (FAPE).

Autor de los libros “Rumasa” (Planeta, 1983); “Banca y poder, la pasión por ser banquero” (Espasa Calpe, 1993); “Ética en la empresa informativa” en “Ética y empresa, visión multidisciplinar”, (Fundación Argentaria-Visor, 1997).

El Gobierno le designó en mayo de 2004 como miembro del comité de expertos para la reforma de los medios de comunicación de titularidad del Estado.

Actualmente es Decano del Departamento de Periodismo y Comunicación Audiovisual Facultad de Ciencias de la Comunicación Universidad Antonio de Nebrija.