En España no hay mas Princesa que la de Asturias doña Letizia Ortiz, la que dicho sea de paso está cumpliendo correctamente con su función institucional y familiar. Todo lo demás es una broma de mal gusto que ha lanzado la televisión de Silvio de Berlusconi en España (Tele5) en torno a la pretendida “princesa del pueblo”, Belén Esteban, a la que pretenden pasear por las encuestas electorales como la líder de un partido “friki” integrado por todos los muñecos rotos de la telebasura nacional.
Lo que constituye una broma de mal gusto con la que el jefe de Tele 5, Paolo Vasile – quien no oculta su obsesión con la monarquía española, suponemos que por encargo de “il cavaliere”- pretende capitalizar en su favor toda la audiencia hortera de los canales de televisión, con la misma avaricia con la que controla gran parte del pastel audiovisual, o con el descaro que utilizó a la reportera Sara Carbonero que ya metió la pata en el mundial de Suráfrica, como la acaba de meter en el Real Madrid porque no se pueden mezclar las churras con las merinas, ni estar en misa y repicando, aunque eso sí la fama de su escándalo le ha proporcionado buenos réditos en publicidad.
Cuando el nivel de la política baja y se arrastra por el suelo mientras los ciudadanos se distancian y suspenden a los primeros gobernantes y jefes de la oposición del país, se suelen dar estos brotes de populismo circense donde un cretino, soez y ordinario, se presta a hacer de polichinela de los inventores del marketing hortera como ya ocurrió con el “chiquilicuatre” en el festival de Eurovisión –a donde Vasile quiso enviar a otra de sus “frikis” mas histriónicas la tal Karmele-, o como ahora ocurre con la Esteban que empieza a tomarse en serio su nuevo papel de “princesa del pueblo” por no decir de la telebasura que es verdaderamente lo que es.
Y llama poderosamente la atención que personajes destacados de la comunicación o de la política entren a discutir en serio sobre qué ocurriría si la Estaban se presenta a las elecciones generales, o sobre cuántos escaños sacará, o incluso si su partido de los “frikis” podría convertiré en la llave de la gobernabilidad. Y mientras este virus soez y espantoso se mete en los debates de la política en un país que está por los suelos, a las llamadas revistas del corazón que se les ha ocurrido la genialidad de hacer portadas compartidas por la ex esposa del torero Jesulín –que es el motivo de su fama- y doña Letizia lo que constituye una burda tomadura de pelo por unos pocos medios de papel couché a los que la telebasura les que quitado el sitio a medias con Internet y que solo viven de la compra de exclusivas a personajes de la farándula nacional, cuando no a los delincuentes de la operación Malaya y de otros procesos escandalosos que comparten a diario las tertulias de los “frikis” siguiendo las interesadas instrucciones de los jefes de los canales de la televisión.
Y cabe preguntarse: ¿hasta qué punto está el gobierno de Zapatero implicado en esta burda maniobra de distracción nacional, para que no se hable en España de lo que hay que hablar? Ahora que se va diluyendo en el aire el título de campeón del mundial del fútbol español, da la impresión que los estrategas y expertos en cortinas de humo para tapar el desastre general de la economía y el paro acaban de encontrar un nuevo filón con estos espantosos muñecos de la televisión que empiezan a pasear por la antesala de la política como estrellas del pueblo y reyes de la vulgaridad. Sabido es que todos estos “fenómenos” o monstruitos de la televisión acaban en el olvido y en más de una ocasión en muy dramática situación. Pero en este momento estamos en el ciclo alto de la horterada nacional donde vale todo por un punto más de audiencia, incluso a costa de trivializar las altas instituciones y la política que deberían de quedar a salvo de este infernal tobogán.