Pedro J. contra Bono

La última novedad del llamado caso Bono no está tanto en las sospechas y los nuevos datos –como los publicados el lunes por el diario El Mundo sobre Bono y El Pocero- que ya circulan en torno al sorprendente patrimonio del presidente del Congreso de los Diputados, relativos a sus pisos, casas, terrenos, hípica, obras, decoraciones y los regalos recibidos (coches y vacaciones en yates), que algunos califican de sospechosos, otros inexplicables y los mas benevolentes de impropios de un dirigente de la izquierda que siempre tuvo un sueldo oficial. La novedad reside en que sea el diario de Pedro J. Ramírez quien ahora se ponga a la cabeza de la manifestación contra el presidente del Congreso de los Diputados, a sabiendas de la relación de amistad personal que Bono y Pedro J. han mantenido en los últimos años.

¿Qué ha cambiado entre Pedro J. y Bono? No se sabe con plena certeza, como no se sabe que ocurrió para que el periódico zapaterista de Roures (La Sexta y Mediapró)  Público se liara a palos con el político socialista manchego publicando el inventario y la tasación millonaria de su colección de inmuebles, lo que sirvió para imputar el ataque de este diario monclovita a Zapatero, Blanco o a De la Vega, porque se decía que Bono quería aprovechar el deterioro presidencial en la crisis económica para postularse, por segunda vez, a la presidencia del PSOE. Una conspiración un tanto forzada porque el presidente del Congreso no tiene apoyos en el PSOE ni en su entorno mediático. Más bien el único apoyo mediático del que disfrutaba era El Mundo, y algo ABC.

Entonces, ¿cuál es la explicación al ataque de Pedro J. a Bono? Caben varias hipótesis pero la principal de ellas consiste en que el director de El Mundo considera que Bono está tocado y no tiene escapatoria y, de perdido al río, no quiere quedarse fuera de la caza mayor del tercer poder del Estado, a ver si puede colocar su oronda cabeza en la salón de trofeos político/cinegéticos que imaginamos que Pedro J. tiene en su casa de campo de Guadalajara, donde simbólicamente están un ex presidente del gobierno, un ex vicepresidente, varios ministros, un gobernador del Banco de España, un director de la Guardia Civil, un jefe del CNI (primo de Bono), un ex presidente de Telefónica, etc.

Pero este ataque cainita del director de El Mundo a su amigo manchego también tiene que ver con la mala situación del periódico. Sobre todo porque lo de la conspiración del 11-M les salió bastante mal y El Mundo ha perdido fuelle y lectores acostumbrados a las portadas de denuncia que, de un tiempo a esta parte, se han encontrado con la competencia radical de La Gaceta que representa la derecha pura y dura, confesional y patriótica. La que, con ayuda de la emisora Intereconomía, ahora ocupa el flanco ultra conservador de la derecha y el lugar que Pedro J. y Federico Jiménez Losantos tuvieron a sus disposición en la COPE años atrás que tan buenos resultados de venta le dieron a El Mundo, especialmente gracias a su feroz campaña radiofónica contra el diario ABC, que acabó entregando la cabeza del que fue su director, José Antonio Zarzalejos, para conseguir la paz.

En ese tiempo y con el ruido de la COPE, también proyectado contra Rajoy y Gallardón para promocionar a Aguirre, Costa y Mayor Oreja, tanto Pedro J. como El Mundo se vestían de derechas (aunque se autodenominan de liberales) y camuflaban la especial relación del director del periódico con el presidente Zapatero al que Pedro J. no le ha tocado un pelo en sus seis años de mandato.

Algo sorprendente en un “matador” nato como Pedro J. que seguramente se reservará para una mejor ocasión cuando se acerque la caída imparable del líder del PSOE –leña del árbol caído, como ocurre ahora con Bono- pero que ha llamado mucho la atención. Porque lo normal hubiera sido que El Mundo se hubiera puesto al frente de la crítica política contra Zapatero pidiendo incluso su cese y dimisión porque oportunidades las tuvo todas todos los colores (durante negociación con Eta, el estatuto catalán y la crisis económica), pero el activista/periodista prefirió perseguir a Rajoy y a Gallardón. Sí deja que en su periódico pida la cabeza de algunos de los ministros o el cambio de gobierno pero salvando siempre a los tres de “la casa”, que son De la Vega, Sebastián y Blanco.

¿Qué une pues a Zapatero y Pedro J? Pues puede que mutuos favores de los que se ha podido beneficiar Unedisa (la editora de El Mundo), o asuntos menores como apoyos para los títulos nobiliarios de su esposa, la famosa piscina de Mallorca, o el libro que Pedro J. prepara sobre sus cien horas de conversaciones con Zapatero. Pero sobre todo les une la animadversión de ambos contra Rajoy y el empeño del director de El Mundo de tutelar y controlar el PP. Y a los dos, Pedro J. y Zapatero, les ha interesado siempre la pinza que ambos aprietan, en compañía del Grupo Imagina de Roures (Mediapró, La Sexta y El Público), contra el Grupo Prisa (El País, La Ser, Sogecable), a ver si arruinan a los Polancos, se cargan a Cebrián, y de paso se reduce la influencia de Felipe González en el PSOE, lo que está por ver.

Estamos ante un complicado Sodoku de intrigas del poder y pactos “contra natura” política, mediática e ideológica, que tienen su explicación en los intereses personales de cada uno y en cada momento. Y el momento de Unedisa no es bueno, como no lo es para nadie, ni para El Mundo, ni para su VEO TV, donde acaban de fichar a Ernesto Sáenz de Buruaga de máximo responsable de esta televisión digital. Algo sorprendente porque Buruaga se ha convertido en “chico para todo”, porque sigue en Telemadrid (con su productora) y además desembarca en las mañanas de la COPE en competencia con las mañanas de VEO TV a medias con la radio loca de Jiménez Losantos. Lo que ha desatado toda clase de especulaciones sobre un acuerdo o acercamiento de Unedisa a la Conferencia Espiscopal, que pone los pelos de punta a Rajoy y a su equipo directivo.

Sin embargo, y volviendo al inicio de esta crónica, falta por ver si este ataque de El Mundo al presidente del Congreso es solo testimonial u ocasional ó es el definitivo y van a por todas. Porque en el caso de Seseña y El Pocero aún pueden aparecer otros personajes amigos de Bono, del constructor y del director de El Mundo, como Eduardo Zaplana, y tirando de ese mismo hilo se podría llegar con facilidad a la financiación de los negocios mediáticos de Jiménez Losantos de los que al parecer el Pocero de Seseña era socio. Además, si cae Bono de la presidencia del Congreso de los Diputados el daño que ello causaría al “amigo” Zapatero no sería menor.

Vamos a ver como acaba este ataque de El Mundo al presidente del Congreso de los Diputados y qué daños colaterales puede acarrear a unos y otros (por ejemplo cómo y quien desde la Comunidad de Madrid le facilitó al Pocero la construcción del famoso monstruo de Seseña, o sobre los invitados políticos en los yates de El Pocero). Algunos observadores cercanos al rotativo de Pedro J. señalan que el objetivo prioritario de esta embestida es el de recuperar la venta del diario y no creen que la sangre de Bono llegue al río. Otros dicen que Pedro J. quiere reconciliarse con el PP de Rajoy –no se olvide que insultó a Rajoy y convocó, desde la COPE, una manifestación de militantes en su contra- para hacerse perdonar por si los populares llegan al poder. Pero vamos a ver hasta dónde llega la embestida, porque la caza del representante del tercer poder del Estado no es una nimiedad. Máxime en los tiempos convulsos en los que vivimos en los que, por ahora, no se depuran responsabilidades políticas aunque en cualquier momento esta tendencia podría o debería cambiar.