No le encontramos otra explicación a las encuestas del CIS que hace José Félix Tezanos y en las que su jefe Sánchez siempre sale disparado hacia el Olimpo del poder mientras se hunde todo lo que existe a su alrededor.
Y si fuera cierto que este personaje bebe más de la cuenta ello explicaría el por qué fracasó de manera estrepitosa Tezanos en sus últimos pronósticos durante las elecciones de Madrid, Castilla León y Andalucía donde no acertó nada.
A no ser que las encuestas Tezanos las haga en ciudades y barrios donde el PSOE ha obtenido buenos resultados, porque resulta muy extraño que en este último barómetro de marzo del CIS Tezanos haya, a la vez, hundido a Feijóo y resucitado, como por arte de magia o con un extraño sortilegio, a Ciudadanos, cuya nueva presidenta no conoce nadie y por donde deambula como un zombie su candidata madrileña Begoña Villacís.
Y además el pájaro no se corta un pelo ni se le cae la cara de vergüenza al anunciar sus pronósticos en plenas fiestas bacanales del Tito Berni y ahora que los delincuentes sexuales se están beneficiando de las rebajas de sus condenas -y ya van más de 750- y con las ministras de Podemos y PSOE a farolazos como en el ‘rosario de la aurora’.
Las mentiras son parte habitual del Gobierno de Sánchez, pero lo del CIS que se paga con dinero público constituye un presunto y reiterado caso de malversación. Porque su serie de encuestas contradicen a todos los demás sondeos electorales independientes. Y ello ya es motivo suficiente como para abrir una investigación.
Porque está visto que en el seno del CIS Tezanos, entre copa y copa, parece haber impuesto la ‘omertá’ entre el núcleo duro de su equipo que redacta, a pedir de boca monclovita, los resultados de cada sondeo mensual.
Con los que pretende subirle el ánimo al PSOE y deprimir al PP, aunque a lo mejor y a medida que se vaya acercando la fecha electoral del 28 de mayo, este artista de la demoscopia a la medida de su amo empieza a suavizar su entusiasmo en los próximos sondeos para que no lo pille el tren de las urnas como le pilló en Andalucía.
Con lo que en el barómetro de abril veremos que Sánchez empieza a bajar y que Feijóo empieza a subir. Y si no al tiempo y a la espera del 28-M que será el momento de la gran encuesta y de la suprema verdad.