No vamos a hablar de la excelente película de François Truffaut titulada Los 400 golpes, un film considerado estelar en la que fue Nouvelle vague de Francia. Vamos a subrayar la cifra escandalosa de los 400 delincuentes violadores y agresores sexuales que ya se han beneficiado de la chapucera Ley Montero del ‘solo si es sí’ y que amenazan con romper la barrera de los 500 en las próximas semanas y ya veremos hasta donde.
Pero ni siquiera estas cifras escandalosas sirven para que el Gobierno de Pedro Sánchez, coautor y cómplice de esta situación, se plante de una vez (ahora se han dado el fin de semana para negociar con UP) y ponga ya en marcha la reforma de la Ley, para que su nueva redacción, una vez que sea aprobada en el Congreso, entre en vigor a mediados o finales de marzo.
Un tiempo en el que los beneficios penitenciarios de los agresores sexuales pueden llegar a la cifra de 1.000 delincuentes, cuando estemos en vísperas de la campaña electoral de los comicios municipales y autonómicos del 28 de mayo.
La que será la primera y gran prueba de fuego del momento político español y la antesala de los comicios generales de diciembre. Cita de mayo en la que el presidente Sánchez espera, por lo menos, lograr un empate, para salvar sus muebles del incendio que le rodea y avanza por distintos frentes.
Y todo ello en base al desembolso de grandes cantidades de dinero público para los pensionistas, funcionarios y asalariados en la esperanza de que los receptores del riego de estos fondos se lo agradecerán a Sánchez y votarán al PSOE.
Pero puede ocurrir que, como el voto es secreto, los beneficiados por este cuerno de la abundancia de Sánchez y a sabiendas de que las subidas no tienen marcha atrás, acaben votando al PP en línea con el dicho de ‘coge el dinero y corre’, lo que no habría que descartar.
En todo caso la ministra Montero ya ha dicho que ella no dimite aunque el PSOE le cambie la Ley chapuza -¿a donde iba a ir esta pobre, que nunca se ha visto en otra sin mérito alguno y ahora fracasada?- lo que prueba que a quien le tiemblan las piernas es a ella y a su compañera Belarra.
Y no solo por el riesgo de que Sánchez las pueda cesar, como debiera, para alejarse de la quema y lavarse las manos como Pilatos. Sino porque es muy posible que Yolanda Díaz no quiera cargar en Sumar con ‘los 400 golpes’ de la Ley Montero que no van a cesar de aumentar. Y en ese caso ya veremos lo que ocurre con UP en la campaña electoral y quien se atreve a asomarse a ese cartel electoral.
¿Que tal Lilith Vestringe? Lo decimos porque ella ya está haciendo méritos y ha aparcado su presunta formación intelectual para convertirse en ‘follonera’ de Memes y vídeos trucados en La Red mezclando a Feijóo con Sánchez. Lo que busca Lilith es llamar la atención y que Iglesias se fije en ella para ver si la catapulta al cartel electoral.