La fiesta del carnero

A Mario Vargas Llosa le han dado el Nobel de literatura, no por tener una obra emblemática, mágica o de una fuerza incontrolable como podía ser el caso de la Familia de Pascual Duarte, o Cien años de Soledad, de Cela y García Márquez. A Mario le han dado el premio por toda una obra bien hecha, mejor escrita y sabiamente creada a medias con la realidad. Y entre sus novelas está “La fiesta del Chivo” donde recrea la vida y los horrores del dictador dominicano Trujillo. Pues bien, en España tenemos la fiesta del carnero, que es la fiesta nacional en la que hoy desfilará, aplaudido como el más, el carnero de la legión siguiendo el ritmo infernal de lo más granado de nuestras tropas.

Las que hoy desfilarán junto a la bandera venezolana del presidente Chávez, el mismo que esconde y tapa a Cubillas entrenador de ETA, y el mismo también que compra a España los buques de guerra pagando con dólares parte del déficit del Estado y del presupuesto de la Defensa Nacional, que no para de menguar por culpa de una ministra -y su edecán el JEMAD-, la Chacón. La que ha recortado el desfile y alejado al público de Zapatero para que no le increpen, y que no sabe si seguirá o no en el gobierno para cuando llegue la crisis del turrón de la Navidad, aunque parece haber agotado su paso fotogénico por el ministerio de Defensa de la nación española, que la Chacón llama “nación de naciones”.

Quién nos lo iba a decir de Zapatero. El que se quedó sentado al paso de la bandera de Estados Unidos y mandó a Bono retirar de urgencia las tropas españolas desplegadas en Irak, y ahora se va a levantar al paso de la bandera bolivariana que Chávez lleva en el chándal, mientras no para de enviar tropas españolas a la ratonera de Afganistán. Menuda fiestecita nacional vamos a disfrutar este martes 12 de Octubre, día del Descubrimiento y de la virgen del Pilar que ya no quiere ser francesa porque Sarkozy persigue a los gitanos.

Menudo espectáculo el del gobierno “dimisionario”, en capilla, esperando los ceses de un momento a otro, mientras Zapatero luce ojeras, y las últimas encuestas publicadas le dan a bombo y platillo una victoria por mayoría absoluta al PP que lidera desde su butaca Mariano Rajoy. Bonito está el gobierno, con Pepiño Blanco hecho polvo por las primarias de Madrid y la rebelión del manchego Barreda desde el Alcázar de Toledo; y con un Rubalcaba que también metió “la gamba” en las primarias de la capital, que tiene bajo sospecha al súper policía de la cosa judicial -JAG-, y al que le abuchean en los actos de la Guardia Civil, algo nunca visto con un ministro de Interior. Y la vicepresidenta De la Vega ahora hundida en las encuestas, y la  vicepresidenta Salgado que parece que se nos va a echar a llorar a las puertas del  Financial Times, y el pobre de Manolo Cháves maldiciendo el día en el que abandono Andalucía para venirse a Madrid. Y Moratinos que se va a Israel acompañado del francés y lo recibe con muy malos modos su homólogo de Tel Aviv diciéndoles a los dos que se ocupen de los problemas de Europa en vez de darle la tabarra a Israel (sic).

El gobierno está como para desfilar y recibir los vítores del respetable de Madrid en el día de la fiesta nacional, camino de los cinco millones de parados. Bonito está el Gobierno y bonito está el PSOE que ve venir sobre sus cabezas la “catástrofe electoral” como la que anuncia Barreda, y que empezará en el plazo de cuarenta días en Cataluña. Por eso el charnego Montilla se ha venido a Madrid a sentarse en la tribuna del desfile -¡donde ni si quiera hay sitio para todos los diputados!-, para que el voto españolista catalán no le abandone con facilidad. A buenas horas se acuerda Montilla de los charnegos que emigraron a Cataluña pero que dejaron en el Sur su corazón. A buenas horas se acuerda este pájaro que parece un agente del KGB de su pueblo cordobés, Iznajar, de la nación española y de la bandera nacional, después de haber presidido aquella lamentable manifestación contra España en la que casi le untan los morros sus colegas del independentismo catalán. Ahora se acuerda Montilla de España y la selección nacional de fútbol, de que la marca España da votos en Cataluña, y viene el charnego como un corderito a Madrid a ver como desfila el carnero de la legión.

Menuda fiesta nacional nos espera. La oficial, no la de los toros que Montilla se ha cargado en Cataluña y el PSOE quiere eliminar del territorio nacional. No, nos referimos a la fiesta del 12 de Octubre que rememora el descubrimiento de América por la flotilla del Almirante Cristobal Colón. Con el Gobierno hecho unos zorros, el presidente en entredicho en su partido y ante la gran mayoría de los ciudadanos, la oposición desaparecida, y millones de parados siguiendo el festejo y el paso del carnero por televisión. Aunque para carnero importante el que lucirá hoy el Rey Juan Carlos en el Toisón.