El pulpo con Zapatero y las “góticas” con la Roja

El pulpo Paul no se equivoca y ayer, ofreciéndole la victoria en el debate, se comió el mejillón de Zapatero y dejó intacto el de Rajoy con su sonrisa beatífica y las palmas sevillanas de su grupo parlamentario donde las damas iban de punta en blanco, peinadas y maquilladas y el gato pardo de Cañete se rompía las manos como el mayor pelota del PP. Mientras, por los pasillos del Congreso los diputados populares se pasaban el “queo” de que el PP asturiano acababa de derribar la candidatura de Francisco Álvarez Cascos a la presidencia del Principado de Asturias, lo que constituye el enésimo “crimen” político de Rajoy (“los diez negritos”) a sus adversarios internos.

Porque está claro que a Cascos no lo derribaron sus paisanos sino la larga mano de Rajoy que no quería tener en un virreinato a tan poderoso señor. Preferían Rajoy y su guardia pretoriana de las Amazonas de la calle Génova que siga gobernando en Asturias el PSOE antes de que Álvarez Cascos fuera el capitán general de la región asturiana, porque el ex vicepresidente del Gobierno y también el ex secretario general del PP era considerado como un enemigo interno por sus críticas nada veladas a Rajoy. Y como bien sabe Cascos, que es pescador, por la boca muere el pez. Y además no le perdonan que se integrara en el séquito del golpe de Estado interno que doña Esperanza Aguirre planteó contra Rajoy, tras la derrota electoral de 2008.

Mucho olé olé, de Cañete el ultramontano de Jerez, y sonrisas abiertas de Arenas campeón, y de la señora Mato del jaguar, y de Soraya (la abeja maya) y de la repintada Cospedal, pero al final Rajoy perdió el debate como ha dicho el pulpo Paul, porque solo llevaba en su discurso un titular: “señor Zapatero convoque elecciones anticipadas, porque usted no es de fiar”. Y a eso Zapatero le respondió con lo de “usted tampoco está para tirar cohetes”, le invitó a presentar una moción de censura a la que no se atreve Rajoy e incluso le perdonó la traca de la Comunidad de Valencia, con el trío dinamita, Fabra, Camps y Ripoll.

El pulpo no tiene un pelo de tonto y se percató que el mejillón del PP, como el discurso de Rajoy, estaba vacío. Otra vez la cantinela familiar de padre que le riñe al niño de “te lo dije, te lo dije hace un año”, o tu dijiste una vez que patatín y patatán, y pasaban los minutos y el toro negro y astifino de la sentencia del estatuto catalán en el centro del ruedo sin que Rajoy este gran Tancredo de la politica, se atreviera a darle un capotazo, a pesar de que fue él quien impugnó el Estatuto en el Constitucional. O sea que tiró la piedra y escondió la mano, y a pesar de que en lo importante la sentencia del TC le daba la razón al PP, don Mariano se negó a desplegar el capote y a cantarle a Zapatero lo de “soy español, español, español”. ¿Por qué? Por miedo electoral, por temor a que los electores catalanes le bajen el rating a la “morritos” Sánchez Camacho del PP catalán, otra que como Cañete maulla por las noches en los tejados calientes del gatazo fascistón.

¿Y Zapatero? El presidente está hecho unos zorros, tiene ojeras y se ha llevado un alegrón con la conquista del Campeonato Mundial de futbol de Sudáfrica. Tanto que se llevó a su casa y en secreto a la Selección para que Sonsoles, la discreta, y sus niñas góticas se hicieran fotos en privado y en exclusivísima recepción de espaldas a la prensa con La Roja. Porque estas tres damitas monclovitas son tan exquisitas e importantes que no quisieron ir a la fiesta en los jardines de la Moncloa, porque había pobres funcionarios y periodistas ¡vaya por Dios! Y puede que las niñas sigan disfrazadas con las sayas negras de la familia Monster que lucieron ante Obama en Nueva York y no era el caso de salir a dar el cante ante tanto personal. O sea que lo que ni siquiera hicieron las infantitas Leonor y Sofía, si podían permitírselo Sonsoles y sus niñas Laura y Alba. Es decir que la montaña campeona del mundial tuvo que ir a la casa de Mahoma Zapatero, a saludar y hacerse fotos con estas tres prendas, lo que constituye un disparate de Zapatero y un abuso de la Selección muy poco democrático y poco social.

Como se ve el presidente ha perdido la cabeza y ayer salvó los muebles y por los menos se atrevió con el toro catalán, a pesar de que lleva la taleguilla rota de las cornadas de la crisis, que tiene el gobierno hecho unos zorros, que los sindicatos le esperan en la huelga general y que no sabe por dónde tirar. Con lo que uno por el otro y viceversa, tanto monta o monta tanto Zapatero como Rajoy, al final no hubo acuerdo y los españoles estamos huérfanos de gobierno y de oposición. Pero también llenos de curiosidad no vaya a ser que el pulpo Paul tenga razón y que Zapatero haya ganado el debate y ahora cuando haga la crisis del Gobierno que está al llegar recupere un poco de pulso en las encuestas y ello provoque el pánico en las filas de Rajoy porque un cambio de tendencia en la intención de voto por pequeña que sea podría ser mortal y abriría la caja de los truenos en el PP, que parecen haberlo dejado todo en manos de la crisis económica y social.

Cascos, que no es adivino como el pulpo pero que sabe algo del PP y sobre las perspectivas electorales, suele decir que si Rajoy sigue así no ganará. Bueno, de momento es él quien no ganará en Asturias porque don Mariano le ha movido la silla desde Madrid, a no ser que el que fuera general secretario del PP se lance como don Pelayo en pos de un tercer partido asturiano lo que sería difícil de imaginar. Sin embargo lo que no es difícil de imaginar es lo que piensan Cascos, Rato y Aznar sobre el debate de ayer en el Congreso: pues ¡igual que el pulpo!, que Rajoy perdió el debate y también una excelente oportunidad.