El Atlético de Cerezo

Creíamos que los leones tenían su guarida en San Mamés, pero no es verdad. Los leones del fútbol español, frente a los virtuosos de Guardiola y los galácticos de Pelegrini, están en el estadio Manzanares y son los del Atlético de Madrid que se batió, con furia y clase, frente al Liverpool de Benítez, en la roja arena de Anfield. Demostrando que, para hacer buen fútbol, no hacen falta cien estrellas ni una chequera de cientos de millones de euros, sino una empresa bien gestionada, buena vista para confeccionar el equipo, un astuto entrenador como Flores que ha creado buen ambiente en el equipo y que ha resucitado a Reyes y movido a Jurado, los dos malabaristas del balón que supieron servir en bandejas de plata, en este y otros partidos, la precisa munición para que los cañoneros rojiblancos, Agüero y Forlán, lograran el gol.

Mucho Florentino por aquí, mucho Laporta por allá, duelo de estrellas millonarias en el firmamento del fútbol europeo e internacional, el pequeño David con camiseta de Messi, y el gigantesco Goliat con la de Ronaldo, y los colchoneros, descamisados pero llenos de furia y pundonor han logrado pasar a una final europea en Hamburgo (y otra española, en la Copa del Rey), con Enrique Cerezo en lo más alto del podio y ahora muerto de risa y de felicidad, después de mucho sufrir. Porque hay que ver lo que fue el comienzo colchonero de la temporada, y lo que ha sido este maravilloso final.

Ahora si ganan la “Recopa” de Europa en Hamburgo eso sería el delirio de los adoradores del Rey Neptuno, y si además se llevan la Copa del Rey en Barcelona, ni les cuento. Pero con que ganen una de las dos, e incluso si no ganan ninguna, porque el Fulham y el Sevilla son huesos duros de roer, el Atlético de Madrid ha cumplido de sobra esta temporada. Aunque lo ideal sería rematar y meter las dos copas en sus vitrinas y colocarse en los terrenos de Europa para el año que viene, lo que para ellos es esencial.

Vamos, si ganan, Cerezo podrá decir los versos del capitán pirata sentado alegre en la popa: “allá muevan feroz guerra, ciegos reyes (Florentino y Laporta),/ por un palmo mas de tierra (la liga)/ que yo tengo aquí por mío, cuanto abarca el mar bravío/ a quien nadie impuso leyes”. Porque cierto es que al Barça y al Madrid les esperan cuatro partidos o combates a muerte y sin descanso, para alzarse uno con el triunfo de la liga nacional antes de que todos entremos en la locura del mundial –en el que por cierto debería de estar Reyes-, que ese sí que será otro cantar, y donde las estrellas del Atlético también van a participar.

En fin, los colchoneros, el equipo del Príncipe de Asturias don Felipe, que debería viajar a Hamburgo a presencial la final, nos han salvado la cara a los españoles en las competiciones europeas. Y eso muy a pesar de que en la cita de la final de la Champions en el Bernabéu los optimistas anunciaba la presencia en Madrid de uno, o de los dos, primeros equipos de España. Pero no ha sido así. Ahora la estrella indiscutible es el Atlético de Madrid.