El expresidente de los Estados Unidos Donald Trump es ‘el rayo que no cesa’, víctima de sus propios desafueros y tropelías que lo tienen en vilo en varios procedimientos judiciales.

Como los relativos a sus denuncias de fraude electoral, o del asalto al Congreso, o la apropiación de documentos secretos y clasificados que se encontraron en su residencia de Mar a Lago en Miami.

A los que se añaden otras investigaciones de carácter fiscal en su imperio empresarial. Pero a corto plazo en los pagos irregulares a la actriz porno Stormy Daniels, para comprar su silencio y al parecer con dinero de su campaña electoral. Una cuestión que se va a dilucidar en próximos días y en la que Trump puede resultar ‘imputado’.

Una posibilidad que podría poner punto final a la pretensión de Trump de volver a ser nominado candidato del Partido Republicano a las elecciones presidenciales de 2024, poniendo fin a la carrera política de Trump.

Motivos todos ellos por los que Trump ha lanzado una seria amenaza en la que afirmó que si es imputado ello desatará una oleada de protestas que traería ‘muerte y destrucción’. 

Una tremendista advertencia que evidencia la desesperación de Trump y lo cerca que tiene el fin de su periplo político. Lo que en buena medida sería un ‘alivio’ para la dirección del Partido Republicano donde el ex presidente sigue teniendo bastante apoyo entre los militantes pero no de los principales dirigentes y líderes de su partido.

En el caso de Stormy Daniels se dijo incluso que si Trump no acudía al tribunal podría ser llevado a la fuerza y esposado ante esa corte, lo que enfureció más a Trump y la que sería una imagen poderosa que daría la vuelta al mundo y provocaría protestas y disturbios de sus seguidores.

Y a ello se ha referido Trump cuando amenazó con ‘muerte y destrucción’ ante el asombro y la denuncia de los principales medios de comunicación de USA, que a la espera están de la posible imputación del ex presidente. Y de las consecuencias políticas que ello tendrá.

Entre las que no se descarta incluso un indulto del presidente Biden en caso de condena en este o en otros de los procesos pendientes que seguramente Trump recurriría, a ser posible, ante el mismísimo Tribunal Supremo de los Estado Unidos, dotado de una amplia mayoría conservadora gracias a los nombramientos que, bajo su presidencia, hizo el propio Donald Trump.