Bono se separa

De refilón en un taxi oí decir “Bono se separa” y la primera idea que me vino fue la de su ruptura con el PSOE a la vista de lo que está ocurriendo con la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el estatuto catalán, y especialmente por los desafíos que a ella se hacen desde el Parlamento de Cataluña y también en la moción que ha presentado como cierre del debate de la nación el PSC-PSOE, empeñados los unos y los otros en salvar como sea el preámbulo del estatuto donde se habla de la nación catalana, y del que la alta Corte ha dicho que “carece de eficacia jurídica”. Pero no, ese no era el motivo de la separación,  ni la ruptura tenía nada que ver con el PSOE a pesar de que Bono declaró el pasado domingo en el Comité Federal de su partido que discrepa profundamente de la actitud de Montilla y del PSC. La separación de Bono es seguramente para él mucho más grave que cualquier desavenencia con su partido porque se trata de su matrimonio, y de su separación de su esposa Ana Rodríguez.

Y Bono es persona muy religiosa y familiar de ahí que esta separación matrimonial, que ya veremos si llega a divorcio, constituya un hecho grave para él y para los suyos. Algo de esto se venía barruntando meses atrás, y empeoró con motivo de las muchas noticias sobre su importante patrimonio inmobiliario, y sobre los regalos recibidos en su familia por parte de constructores amigos que habían realizado importantes obras en la Comunidad de Castilla La Mancha cuando Bono era su presidente, como ocurrió con Francisco Hernando, “El Pocero”, promotor del monstruo inmobiliario de Seseña.

Afortunadamente para el presidente del Congreso de los Diputados el fiscal que estaba investigando su presunto patrimonio irregular ha archivado el caso, imaginamos una vez que consideró no había pruebas de ilegalidad alguna. Lo que habrá supuesto un respiro para el manchego que lleva una mala racha de continuas incidencias –aquí incluido el cese de su primo Alberto Saíz por presuntas irregularidades como el primer responsable del CNI, cargo para el que Bono lo nombró siendo ministro de Defensa-, y que se habrá sentido bastante solo en estos tiempos de sospechas e infidelidades.

Porque en su pequeño y particular calvario, Bono se ha visto sorprendido por los ataques taimados, no ya de los medios ultramontanos del PP, sino también  de medios que él consideró próximos o amigos, como el diario gubernamental “Público” y el diario presidencial “El Mundo”, uno y otro respectivamente en la órbita política y personal de Zapatero, lo que dio pie a la idea de una posible venganza del presidente del Gobierno o de un aviso a Bono para que no se aprovechara de la crisis económica y de la tensión del Estatut para ofrecerse como alternativa al líder del PSOE.

Quizás más duro para Bono habrá sido el ataque del diario El Mundo por la relación de amistad que le unía con Pedro J. Ramírez, aunque nada de todo ello será peor que su anunciada separación matrimonial. Y algunos habrá que insinúen de que se trata de un truco para poner en marcha una simulada separación de bienes y eludir así cualquier otra responsabilidad relacionada con su patrimonio y ciertos regalos recibidos por parte de su mujer. Pero no pensamos que esto sea así porque Bono es católico practicante y persona muy familiar, y no creemos que se preste a semejante disparate, sino más bien las noticias que teníamos sobre este asunto desde hace meses apuntaban de que hacía todos los esfuerzos posibles para salvar su relación matrimonial.

Lo que no sabemos es si esta crisis familiar tendrá o no alguna incidencia en su carrera política y en su permanencia en la presidencia del Congreso de los Diputados, aunque todo apunta a que seguirá donde está y que incluso parece decidido a acompañar a su sucesor en la Mancha, Barreda, en la próxima campaña electoral y autonómica de 2011 para hacer frente a la candidata del PP, María Dolores de Cospedal, que anda empeñada en judicializar la vida política manchega para ganar terreno electoral. Otro campo de batalla en una Comunidad que alberga en El Alcazar de su capital, Toledo, el museo del Ejército nacional donde están guardadas y representadas todas las guerras, demasiadas guerras de la Historia de España que conviene no olvidar.