Esta pareja cómica de la política que parecen Irene Montero e Ione Belarra está demostrando que solo sabe gritar, insultar y tragar con todo lo que les pongan sobre la mesa del Consejo de Ministros. Y a pesar de que ellas dos siempre previamente, que ‘no es no’ pero al final siempre suele ser ‘sí es sí’.
O, dicho de otra manera, ‘amén’ a todo lo que diga Pedro Sánchez porque lo de dimitir y salir del Gobierno no figura en su código político. Lo suyo es lo del pataleo y aguantar encadenadas a las poltronas contra viento y marea.
Y si Pedro Sánchez quiere echar del Gobierno a Belarra y Montero (que es lo que debería de hacer por la incompetencia probada de ambas ministras) y romper la coalición con UP (Díaz, Garzón y Subirats podrían seguir) en ese caso las dos dirán: ‘que apechugue el presidente con las consecuencias de la ruptura’.
Sin saber estas dos artistas del falso feminismo (que rebajan las condenas a los violadores y agresores sexuales) que entre esas consecuencias estarán: la mejora de las expectativas electorales del PSOE al alejarse de Podemos y acercarse al centro izquierda; y un impulso importante a la plataforma Sumar de Yolanda Díaz en menoscabo de UP.
O sea, las consecuencias de la ruptura del Gobierno entre PSOE y UP sólo serían política y electoralmente malas para Podemos. Y para Irene Montero e Ione Belarra que tendrían que encabezar, una de las dos, el cartel electoral de UP en las elecciones generales, salvo que Iglesias salga de la tumba y se incorpore de nuevo a la política nacional para terminar de hundir a Podemos.
Las tragaderas de Belarra y Montero son enormes. Y no solo por la reforma de la Ley del ‘solo sí es sí’ sino también por otras leyes a las que se oponen a su reforma como la Trans, de los animales, la ‘mordaza’ y la de Vivienda. A sabiendas que también se oponen a la OTAN, al envío de armas a Ucrania y a la política de Sánchez sobre el Sahara.
Un menú largo y estrecho que Belarra y Montero se comen sin rechistar y a pesar que habían rechazado, uno a uno, todos los platos que les ofrecen en La Moncloa. Y que ellas van a degustar sin decir ni pío y con sumisión.
No en vano carecen de alternativa y no tienen a donde ir. Y siempre se dijo que fuera del poder hace mucho frío, y más cuando ya has disfrutado del Paraíso del que, en cualquier momento y con su espada de fuego Sánchez las puede expulsar. O sea, Irene e Ione a comer y a callar.