Larga y tediosa campaña

Larga y tediosa campaña

EFEEl presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante su intervención en el acto de arranque de la campaña electoral del PSOE.

La secuencia de dos campañas electorales sin solución de continuidad es una decisión equivocada que solo pudo tomarse desde el ensimismamiento autista de la realidad en que ha desarrollado su mandato Pedro Sánchez. Rodeado de la corte que le acompaña, la mediática y la política, es incapaz de percibir el hartazgo de los ciudadanos con la política en general y con sus modos y maneras en particular.

Desde la convocatoria de las elecciones, las campañas se inician el día en que se convocan por más que se mantenga la ficción jurídica que la petición de voto solo puede hacerse en los últimos 15 días previo al de reflexión, que también es otra ficción legal. Y se hacen muy largos los 54 días de exhibición de los candidatos.

Afortunadamente la evolución de las campañas ha ido descartando los mítines, realmente meros atrezzos de militantes que hacen el papel de ciudadanos enfervorecidos por el candidato, cuando en realidad son figurantes ya colocados por el partido o aspirantes a su colocación en el día postelectoral.

En esta campaña a Pedro Sánchez sí hay que atribuirle una innovación que va a permanecer en las futuras elecciones. Los candidatos se pasean por TV y radios, amigas, neutras y hostiles y se someten al juego de una entrevista sin guion, al menos para las neutrales y hostiles.

El poder de la imagen en la TV, donde las formas y la empatía quedan en la retina de los espectadores y el poder de la palabra y el tono en la radio, en la que la voz y la historia que cuenta el candidato puede cautivar o desagradar, son las anclas que lanzan al pueblo elector al que reclaman su complicidad.

La sociedad del siglo XXI ha democratizado tanto la información y ha desestructurado tan intensamente el poder de los medios que se ha convertido la campaña electoral en un escenario en el que es más decisivo no cometer errores que presentar ideas innovadoras. La información hoy circula por las redes y por internet a una velocidad igual a cero más 300 que son los segundos que pasan desde que un hecho o declaración sucede y el tiempo que se tarda en subirla a una red o a internet. Igual a 5 minutos.

En este escenario las encuestas juegan el papel de made market, creadoras de mercado que prescriben tendencias que se retroalimentan. Son la nueva forma de publicidad tendencial que remiten al ciudadano a la pregunta: ¿te vas a quedar fuera del equipo ganador?

Pero no ha cambiado el principio que las elecciones no las gana la oposición, sino que las pierde el gobierno.

Todas estas concurrencias, dos campañas seguidas con un tropezón descomunal del gobierno, la hiper sobre exposición del liderazgo y los candidatos en los platós de actores incorporados al guion, ha hecho que esta campaña binaria resucite el bipartidismo.

Ya no quedan más que rescoldos de la nueva política en los personajes de Yolanda Díaz, en el papel de Marisol cantando La vida es una tómbola y Santiago Abascal en el papel de Charlton Heston en El Cid. “Por la terrible estepa castellana, al destierro, con doce de los suyos-polvo, sudor y hierro- el Cid cabalga. Cerrado está el mesón a piedra y lodo. Nadie responde... Al pomo de la espada y al cuento de las picas el postigo va a ceder ¡Quema el sol, el aire abrasa!”.

En un excelente artículo en la Tercera de ABC, Joseph H.H. Weiler escribe “Por extraño que parezca, la teoría democrática no lo tiene fácil para explicar uno de los axiomas mismos de la democracia: la mayoría puede imponer su voluntad a la minoría.” Añade , “sin perjuicio de los derechos fundamentales.”

Aquí esta la pregunta fundamental que los candidatos deberían responder ¿Está usted decidido a procurar y defender la calidad democrática? Los derechos individuales y las libertades de los individuos en un estado de Derecho que como dijo Thomas Jefferson en la declaración de Independencia de Estados Unidos “que todos los hombres son creados iguales, que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables, que entre estos están, la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad”.

Una declaración que reprodujo la Constitución de Cádiz en 1812.

Sobre el autor de esta publicación

Ignacio del Río

Nacido en Madrid, el 4 de marzo de 1956.

Abogado y Registrador de la Propiedad. Ha sido asesor jurídico de los Grupos Parlamentarios del Congreso y del Senado del Partido Popular en los años 1986 a 1992.

Diputado de la Asamblea de Madrid ,1991-1995 y Portavoz de Política Territorial, Urbanismo y Transportes.

Secretario General del Partido Popular de Madrid para el mandato del Congreso periodo 1993-1995.
Teniente Alcalde de Urbanismo del Ayuntamiento de Madrid 1995-2003. Durante su mandato se aprobó el PGOU de Madrid de 1997 y se formalizó la candidatura olímpica Madrid 2012, de la que fue Consejero Delegado hasta el año 2003.

Ha colaborado en diversos medios como ABC, El Independiente, La Estrella Digital, El Mundo y Expansión y en programas de radio. Actualmente participa en La Ventana de Madrid de la Cadena SER.