Cuatro meses después de las pasadas elecciones para la XV Legislatura se cumple el primer trámite para alcanzar su mayoría de edad con la investidura, en primera vuelta, del presidente del gobierno que dispone de dos facultades o prerrogativas exclusivas: la designación de gobierno y la disolución de la Cámara. De inmediato, antes de que acabe la semana, el presidente Sánchez designará el gabinete coherente con la coalición de gobierno en que se sustenta. Habrá ministros socialistas y representantes de Sumar, Más País, Comunes de Cataluña y, quizá, de Izquierda Unida.
El control del presidente de su propio partido es absoluto y le faculta para rodearse en el gabinete de las personas que considere más afines e idóneas sin tener que contentar a familias ideológicas o territoriales. Con respecto a los ministros de la coalición Sánchez y Yolanda Díaz gozan de confianza recíproca para lograr un gobierno, en principio, coordinado y pacífico. Aparcado queda Podemos que va a carecer de poder institucional aparte de los compromisos que tiene firmados para mantener la disciplina de la Coalición. Sus diputados no tienen alternativa mejor que seguir como socios pasivos de la Coalición, al menos hasta que una nueva convocatoria electoral habilite la oportunidad de medirse y pesarse por sí mismos.
El frente abierto al Gobierno viene por los compromisos asumidos con los demás aliados de legislatura, los nacionalistas catalanes, vascos, gallego y canario que han suscrito seis acuerdos con los socialistas en los que detallan sus condiciones (competencias y gasto público) que esperan ver satisfechas durante los primeros compases de la legislatura. Entre los seis suman 27 votos que son determinantes para el desarrollo de la legislatura.
La ventaja para Sánchez es que se trata e votos que no tienen otro valor que el de respaldar la mayoría parlamentaria al gobierno que tendrá. A lo largo de la legislatura sobrados motivos arfa matizar, aplazar, revisar… los acuerdos suscritos para lograr la investidura, tal y como ha quedado patente en los debates de este par de días.
Está será la legislatura del cumplimiento, o no, de los siete acuerdos suscritos para lograr la legislatura y de las consecuencias de ello. Además de la suerte de los acuerdos la primera reválida de la XV legislatura tiene fecha fija en las alecciones de próximo junio (europeas, gallegas, vascas y, probablemente las catalanas. El resultado de estas elecciones será determinante para recomponer el mapa político español. Entretanto habrá que resolver la confrontación interna de los poderes institucionales, especialmente con el judicial, agudizada estas últimas semanas con el proyecto de ley de amnistía cuya suerte es determinante para el futuro de la Legislatura y del gobierno.