La Liga ha decidido plantar cara a los inconvenientes que tiene el mercado y facilitará a los clubes una posición económica más desahogada. La invasión de los países árabes que pagan el oro y la Giralda, las grandes inversiones de los clubes ingleses, muchos de ellos en manos extranjeras, y el aumento de presupuestos que se han dado en clubes europeos ha hecho repensar las razones por las cuales entre los nuestros se ha producido gran disminución en los dineros disponibles para acudir al mercado. Las entidades españolas presionadas por el “Fair play financiero” se han visto en inferioridad de condiciones con las que actualmente es muy difícil competir.
Años atrás, cuando las deudas de los clubes habían alcanzado cifras más que preocupantes, fue necesario adoptar un sistema de control mediante el cual se iba a poder pagar las deudas con Hacienda, Seguridad Social y a los múltiples proveedores que veían aplazados constantemente el pago de los servicios prestados. En este apartado entraban, los jugadores, hoteles, transportistas y toda clase de empresas relacionadas con el sostén de los clubes.
En aquellos años los presupuestos pasaban por el Consejo Superior de Deportes donde, Fernando Puig de la Bellacasa, inspeccionaba las partidas fundamentales de los presupuestos y se acabaron aquellas partidas en las que se presuponía que habría tales y cuales ingresos siempre en la imaginación de los directivos.
En aquella etapa las pérdidas, los números rojos, fueron decreciendo y se fue pagando las deudas. La Liga Profesional mantuvo el sistema mediante el cual cada sociedad tenía presupuestadas las inversiones en jugadores de acuerdo con su contabilidad real. Ahora, se ha llegado al acuerdo de dar más flexibilidad, conceder más relajadas condiciones para poder competir internacionalmente. Entre las ventajas de la nueva medida está la de cargar gastos al margen de los estrictamente futbolísticos y con ello se favorezca el concepto de límite salarial. En media docena de decisiones, entre ellas las partidas destinadas a la remodelación de los estadios, se facilita la vida de las sociedades para que las estrecheces sean menos.
Posdata. Las normas de la Liga serán bien recibidas, aunque existe el peligro de que, de nuevo, las contabilidades sean demasiado relajadas y volvamos donde solíamos.