La cocina de las encuestas electorales

rnas y papeletas almacenadas este miércoles en el centro logístico para las elecciones locales y autonómicas del 28-M.

EFEPapeletas almacenadas este miércoles en el centro logístico para las elecciones locales y autonómicas del 28-M.

Uno de los encuestadores de base del CIS me comenta el perfil de uno de sus entrevistados por teléfono estos días. Respuestas a las preguntas finales sobre si tiene el voto decidido antes de la campaña (SI) y a favor de qué papeleta (en blanco) que contrastan con las respuestas anteriores. El posicionamiento político de los encuestado está en 4 (centro izquierda), la simpatía es claramente socialista, en las pasadas municipales votó Ciudadanos, y el juicio sobre el desempeño del alcalde de Madrid lo califica de bueno.

Con todas esas respuestas el encuestador se pregunta si la decisión de votar en blanco (sobre vacío) será la definitiva el día 28 o, si el perfil ideológico y la simpatía le llevará a introducir la papeleta socialista; o si la valoración de la gestión de Almeida lo inclinará por otorgar a este su confianza. La opción más improbable puede ser la de repetir el voto en favor de Ciudadanos a la vista de que esta formación no alcanzará el porcentaje necesario para entrar en el reparto de asientos. Este relato cierto me lleva a señalar la complejidad de la asignación definitiva de votos y asientos por parte de los expertos demoscópicos, y, consecuentemente, a la fiabilidad de las encuestas.

Lamentablemente los medios que contratan encuestas suelen ser parcos a la hora de explicar las especificaciones técnicas de su modelo, no solo el tamaño de la muestra y la selección de la misma, sino sobre todo el porcentaje de indecisos que suele rondar un tercio de los seleccionados.

Los expertos estiman que junto a un porcentaje apreciable, más de la mitad de los votantes, tienen decidido su voto desde antes de empezar la campaña, el resto se reparte entre los que deciden a lo largo de la campaña y finalmente una buena parte elije papeleta en el momento de la votación. Se nota en los propios colegios electorales con personas que llevan sus sobre preparados y cerrados, y los que recurren a las papeletas ofrecidas en los propios colegios; entre estos últimos hay quienes cogen varias papeletas para ocultar su preferencia de cualquier mirada indiscreta, los que pasan por la cabina reservada para rellenar el sobre y los que lo hacen de forma discreta.

En resumen, el voto es un acto simple sometido a muchas alternativas hasta el momento de introducirlo en la urna. De tal manera que cuando las encuestas detectan empates o semejantes estimar el resultado definitivo es una lotería. En las últimas elecciones turcas las encuestas preelectorales fallaron porque las incertidumbres eran evidentes. Sin perder de vista la mentira y ocultación de voto de los encuestados. Por todo ello insisto en que hasta que no estén contados muchos votos no saquemos conclusiones sobre la voluntad de los votantes. La cocina de las encuestas es un arte con alguna ciencia experimentada en la asignación de la intención de voto, pero sin seguridad, el personal llega a la urna y hace lo que sale del corazón o lo que influya la meteorología o el estado de ánimo o la influencia del pariente más cercano.

Sobre el autor de esta publicación

Fernando González Urbaneja

Nacido en Burgos en 1950, licenciado en Ciencias Políticas y titulado en Periodismo.

Desde 1999 hasta el año 2006 profesor asociado del departamento de Historia Económica en la Universidad Carlos III.

En la actualidad es colaborador habitual de los diarios ABC y otras publicaciones. Desde noviembre de 2003 a diciembre de 2011 preside la Asociación de la Prensa de Madrid y desde abril del 2004 hasta septiembre de 2008 Presidente de la Federación de Periodistas de España (FAPE).

Autor de los libros “Rumasa” (Planeta, 1983); “Banca y poder, la pasión por ser banquero” (Espasa Calpe, 1993); “Ética en la empresa informativa” en “Ética y empresa, visión multidisciplinar”, (Fundación Argentaria-Visor, 1997).

El Gobierno le designó en mayo de 2004 como miembro del comité de expertos para la reforma de los medios de comunicación de titularidad del Estado.

Actualmente es Decano del Departamento de Periodismo y Comunicación Audiovisual Facultad de Ciencias de la Comunicación Universidad Antonio de Nebrija.