Cuando falta poco más de una semana para la jornada electoral del 28-M los primeros dirigentes políticos de este país y sus respectivos candidatos, por los gobiernos de las 12 autonomías en liza y para las alcaldías de toda España, se han quedado sin discursos políticos y ahora no saben que decir, proponer o ‘regalar’ a los votantes.
Esta campaña electoral, que en realidad comenzó en enero, está agotada y ya no se esperan más sorpresas ni sobresaltos. Salvo que Otegui anuncie que se van a retirar de sus listas electorales los 37 etarras que aún continúan en la campaña electoral, para completar la retirada que ya anunciaron los otros siete etarras que también estaban en las listas de Bildu y que habían sido condenados por delitos de sangre.
Las listas de Bildu con 44 etarras ha sido el debate estelar de la campaña que le ha estropeado a Pedro Sánchez su serial de continuos regalos con dinero público a distintos colectivos de votantes. Y le ha obligado a hablar de sus pactos con Bildu, sin atreverse a decir que no volverá a pactar con ellos.
Lo que para el PSOE se ha convertido en una inesperada y muy conflictiva contrariedad. Porque cada vez que pretenden hablar de otras cuestiones, como la economía, el PP reactiva el caso Bildu. Sobre el que la presidenta madrileña, Isabel Ayuso, en plena carrera con Vox, ahora pide que se inicie un proceso para su ilegalización.
Lo que tanto Feijóo -de nuevo desbordado por Ayuso en temas nacionales- como la fiscalía del Estado rechazan porque no lo consideran justo ni viable.
Por su parte Cs está completamente perdido y camino de la extinción y del cierre del partido. Y las últimas encuestas ya le anuncian a Villacís en Madrid que no llegará al 5% de los votos y por lo tanto no obtendrá ni un concejal, lo que pone en peligro la alcaldía de Almeida.
Aunque más en peligro parecen estar varias de las autonomías y alcaldías más notorias del PSOE, a cuyos candidatos Otegui los ha dejado fuera de juego y sin argumentos para sacar pecho en sus feudos y polemizar con el PP nacional, regional y local.
Sin embargo es en la extrema izquierda donde se registra más contrariedad porque los anunciados mítines de Yolanda Díaz no tienen repercusión alguna y porque los dirigentes de Podemos están furiosos porque nadie les hace caso y no salen por televisión. Lo que tiene desesperado a Iglesias y a sus pupilas Belarra y Montero que andan peleándose por las calles con muchos ciudadanos que las increpan lo que las lleva a la desesperación.
Todavía nos queda por delante una semana de campaña pero salvo sorpresa de última hora nadie espera alguna mayor novedad. Solo están los mítines de los líderes nacionales, regionales y locales para que los saquen un rato en televisión y nada más.