Feijóo, en su condición de encargado de la investidura, ha pedido cita Sánchez en su condición de jefe del PSOE, segundo partido más votado. Lo anómalo es que se obviara semejante contacto, aunque no sirva para nada. No es cierto que el roce haga el cariño ya que, desgraciadamente, entre ambos personajes la química no funciona.
La respuesta de Sánchez a Feijóo en su primera confrontación en el Senado (6 de septiembre de 2022) fue una “lluvia de golpes durante 47 minutos”, según tituló El País esa misma tarde. El presidente del gobierno saludó al nuevo líder de la oposición, en la primera oportunidad de confrontar, con descalificaciones personales, preparadas de antemano, que no hacían presagiar nada favorable en esa relación. De entonces acá nada a cambiado.
Quizá sí ha cambiado que el ofendido no es Feijóo sino el presidente Sánchez, que se siente vejado por la oposición; mensaje reiterado desde entonces por el propio Sánchez y por todos sus subalternos de manera que es el ofensor en que se siente ofendido. Nada nuevo, aunque sea bastante burdo.
No es normal que el jefe del gobierno y el de la oposición manifiesten complicidad o simpatía; pero con ciertos límites. Suárez y González escenificaban diferencias, pero sabían encontrar pausas de buen entendimiento por el bien de todos. Entre González y Fraga también hubo espacios de complicidad. La cosa se estropeó entre Aznar y González y no mejoró con el resto de las parejas políticas confrontadas. El talante de Zapatero propició algún entendimiento con Aznar; también hubo entendimiento entre Rubalcaba y Rajoy. Pera esa fue la última ventana abierta al diálogo inteligente y constructivo.
El esquema de Sánchez desde que llegó a la secretaria general (primera y segunda fase) está presidida por el “NO ES NO” al PP sea quien sea su presidente, un esquema o lema convertido en creencia más allá de estrategias o tácticas. De manera que frente al consenso constitucional y los pactos de la Moncloa del siglo XX, estamos en la fase “Pactos del Tinell” que se concretan en “al PP ni agua, con el PP ni a heredar”.
Que Feijóo pida cita a Sánchez forma parte de los normal; pero las expectativas de esa reunión son nulas; las manifestaciones de la portavoz del PSOE (Pilar Alegría) ante la cita no pueden ser más contundentes en la descalificación de Feijóo sin llegar a la injuria.
De manera que habrá cita, hablarán; pero no se entenderán. La noticia estará en la liturgia, donde se verán, cómo escenificarán la sesión y el alcance de la descalificación recíproca, a ver quién es más ocurrente y brillante a la hora de rendir cuentas del encuentro que quizá no alcanzará el nivel de conversación.