Los datos económicos de noviembre que cuentan para estimar el crecimiento de la economía descartan las hipótesis de retroceso, el riesgo de recesión, ni siquiera la leve, la calificada de “técnica” hace pocas semanas. Tanto los datos de precios (IPC) como los de empleo (parados, demandantes de empleo y cotizantes), como los resultados empresariales (central de balances del Bando de España), las ventas, las encuestas de expectativas… apuntan a una economía en fase de estabilización tras los dos impactos sucesivos de la pandemia (2020-21) y del encarecimiento energético (guerra de Putin).
Semanas atrás había razones para estimar una etapa de recesión a lo largo del 2023, en Europa y en España; acentuadas por el endurecimiento de la política monetaria para atajar la inflación. Pero los últimos datos de estos días llevan a estimar que aunque el crecimiento será menor la recesión no acecha.
El BBVA ha revisado al alza sus estimaciones para este y el próximo año y otras casas de análisis apuntan de forma semejante. Las nuevas estimaciones se acercan a las que utilizó el gobierno para construir los Presupuestos 2023, lo cual mejora la discutida credibilidad del equipo que lidera Nadia Calviño.
En los Estados Unidos la FED apunta que puede enfriar la subida de tipos de interés a la vista de que la inflación da señales de caer y de que el empleo roza máximos con importante aumento de las vacantes, de la oferta de empleo sin cubrir. El ciclo norteamericano va más adelantado del europeo, pero hay razones para pensar que pasado el invierno se puede empezar a superar la crisis energética provocada por Putin y reconducir la inflación al objetivo sin provocar una recesión.
Los fondos europeos, aunque llegan con retraso por la complejidad burocrática, tienen que empezar a producir efectos de estímulo al crecimiento. Y la maduración de las nuevas inversiones (especialmente las energéticas) debe producir efectos positivos. El compromiso de CEPSA en Andalucía (Algeciras y Huelva) para producir hidrógeno es una señal seria de cambio y progreso. Se trata de un proyecto avanzado con emplazamiento, recursos y planes maduros. Y otro tanto en los casos de Repsol, Iberdrola, Endesa, automóvil… que van a estimular el empleo y el crecimiento.
Hay razones y datos para estimar que sin nuevos impactos negativos (endurecimiento de la guerra u otras catástrofes) los agentes económicos resisten y aspiran a recuperar el crecimiento.