Acumulando problemas

¿Cual es el problema central de la economía española? ¿Por donde nos aprieta más el zapato? El consejo de Ministros tomó dos medidas que refieren a los problemas con P mayúscula: paro y déficit público. Sobre el primer problema el gobierno trata de aplicar una reforma laboral que no produce remedios inmediatos pero debería sentar las bases para que la recuperación sea sólida. La reforma es tentativa, de geometría variable, ha sido explicada con dificultad y ambigüedad y no convence ni siquiera a la base socialista. Una reforma con costes, con desgaste, y con resultados efectivos que están por ver.

Sobre el segundo problema el gobierno avanza el primer peldaño de los Presupuestos para el próximo trienio, 2011-2012, que debe conducir el déficit al objetivo establecido por Europa: 3% de déficit máximo en una etapa de bajo crecimiento.

De ambas iniciativas debe conocer el Congreso y deben pasar por la prueba del algodón de sendos debates y votaciones para las que el gobierno no disfruta aun de mayoría suficiente. Y luego vendrá el Presupuesto 2011, que es pieza central de todo.

El tercer problema, que quizá es el primero, o que es simultaneo al segundo, se refiere al déficit externo, público y privado, a las necesidades de refinanciación de los bancos y cajas, que a su vez soportan la financiación de particulares y empresas, que requieren de la confianza de los financiadores, de tiempo para ir laminando el monto de lo tomado en préstamo.

La corriente de desconfianza sobre la solvencia España, más o menos interesada, más o menos insidiosa, tendrá que traducirse en hechos concretos: en el rechazo y fracaso de alguna de las operaciones de financiación o refinanciación o en su continuidad sin más tropiezo que un encarecimiento de los precios, que es lo normal en un mercado fuertemente demandante de crédito. Hasta ahora los mercados han atendido, con incrementos de tipos, todas las emisiones de instituciones públicas privadas españolas. Hoy, jueves, el Tesoro ofrece obligaciones a 10 y 30 años, en lo que va a ser el test del mes en este sentido. Pero el plato fuerte vendrá en julio, cuando hay que refinanciar 25.000 millones de euros además de financiar la deuda acumulada en el período. Las salidas del Tesoro al mercado serán una prueba decisiva cada semana.

Y en paralelo van los bancos y sus necesidades de financiación. Se entiende con dificultad el alcance o la pretensión de los comentarios del Presidente del BBVA el pasado lunes. Han dado pie a comentarios muy críticos en la prensa internacional y han agitado los rumores en el peor momento. O este hombre es imprudente, o es muy consciente de lo que dice y anda poniéndose la venda antes de enseñar la herida. En cualquier caso un juego peligroso.

En resumen demasiados problemas, sometidos a la presión de la acumulación y con un gestión muy sometida a azar.

fgu@apmadrid.es