Mejor le hubiera ido a España y al PSOE si José Bono hubiera derrotado a José Luis Rodríguez Zapatero en el Congreso del PSOE de julio de 2000 donde el político manchego perdió la secretaría general del PSOE, por solo 9 votos de diferencia, frente a Zapatero y por culpa de las intrigas de Alfonso Guerra, el que ahora clama contra la demencial deriva nacional del PSOE que inició ZP y amplió Sánchez.
Después de aparecer en Toledo la pasada noche electoral del 28-M, junto a su discípulo castellano manchego Emiliano García-Page, el único barón del PSOE que, tras distanciarse de Sánchez, ha sobrevivido al ‘tsunami’ del PP en los comicios del 28-M, José Bono ha vuelto a hacer acto de presencia.
Y lo hizo con unas importantes declaraciones a Ferreras en La Sexta TV, en las que, entre otras cosas, recomendó respetuosamente a Sánchez que se aparte de Podemos, porque es la cabeza del monstruo Frankenstein, que está ‘radicalizando’ al PSOE y representa al viejo ‘comunismo pre carrillista’.
José Bono dijo ayer, con exquisito respeto, lo que Sánchez no se atrevió a decir ante los parlamentarios del PSOE. Es decir, las verdaderas causas de la derrota del PSOE en el 28-M. Que son las mismas que llevarán a Sánchez a la derrota del 23-J, y en cuya base están los pactos del PSOE con Bildu, Podemos, ERC, JxC y PNV, en el solo beneficio de Sánchez y en contra de los intereses generales de España.
Pero, al contrario de lo que dijo Bono y para evitar una rebelión interna de gobernantes del PSOE que perdieron sus cargos el 28-M, Sánchez tuvo la desfachatez de decir que decidió adelantar las elecciones generales al 23-J ‘en conciencia’ (sic).
Y añadió, sin inmutarse, que ese adelanto lo hacía en honor de todos sus compañeros autonómicos y municipales a los que Sánchez ha destrozado con sus pactos Frankenstein. Y en los que la presencia de 44 etarras en las listas de Bildu se convirtieron en gota que derramó el vaso de la paciencia de los votantes del PSOE. Los que, tras ser engañados por Sánchez en 2919, vieron con nitidez hasta dónde era capaz de llegar Sánchez para su permanencia en el poder.
El PSOE perderá las elecciones del 23-J de una manera más contundente de como las que perdió el 28-M por la doble razón de que: Sánchez está acabado; y porque, en buena lógica, si los votantes del PSOE en comicios locales y regionales y con candidatos de su cercanía se abstuvieron de votar al PSOE o votaron al PP, hartos de Sánchez y su Frankenstein, y que con más razón repetirán su voto del 28-M en las elecciones generales del 23-J.
Y si Sánchez vuelve a fracasar y sale de la presidencia del Gobierno se tendrá que marchar de la secretaria general del PSOE. Y, en ese caso, y en pos de la necesaria renovación y regeneración socialdemócrata del PSOE y de su regreso a la senda constitucional, muchos dirigentes y militantes del PSOE pedirán el regreso de José Bono para auparlo a la secretaria general.
Su reconocida trayectoria antifranquista, su presidencia reiterada en Castilla La Mancha, su actuación como ministro de Defensa (que repatrió sin demora las tropas que Aznar desplegó en Irak) y su buena y ejemplar presidencia del Congreso de los Diputados convierten a José Bono en la ‘Gran Reserva’ del PSOE para su renovación y refundación.
Él dirá que no, pero muchos dirigentes y militantes socialistas dirán que sí y lo llamarán. Además, a sus 73 años (Biden tiene 89) y con la clarividencia con la que habla, José Bono está en condiciones de regresar al primer plano de la política nacional. E incluso de gobernar este país en 2027 si, una vez renovado el PSOE, encabeza una nueva y poderosa alternativa al PP.
José Bono parece que ha vuelto y, mientras estamos a la espera de nuevos acontecimientos en las elecciones generales del 23-J, se puede decir que Bono sigue siendo un Gran Reserva nacional entre los activos del PSOE.