Las despedidas son siempre tristes. Sobre todo, cuando se hacen a escondidas y casi con vergüenza. Despedidas como la de Joaquín por muchas lágrimas que soltara el protagonista se convirtió en un festejo celebrado por miles de espectadores en el campo y supongo que también muchos miles por medio de la televisión. Joaquín fue un grande en el futbol español, tanto en el Betis de su vida como en los años en que perteneció al Valencia, y merecía el adiós que se le dedicó. Karim Benzema no ha sido menos grande futbolísticamente que Joaquín y. sin embargo, se ha ido casi a escondidas. Decir que se ha ido a la francesa es recurrir a un tópico que significa irse sin decir adiós, sin anunciarlo. No es el caso de Benzema aunque se marchó de algunos compañeros y del presidente. Sorprendentemente, no estuvo en el momento crucial la plantilla como habría sido natural. No lo fue porque el acto casi se anunció sin que la mayoría de los miembros de la plantilla del club lo supieran. Su adiós tampoco tuvo momentos de delicadeza pese a los que le dedicó Florentino Pérez.
El homenaje a Joaquín, con participación de grandes estrellas futbolísticas, los plausos del público y los parabienes generales contrastó con la salida del francés, que después de una época importantísima en el club, se fue de tapadillo. Casi de manera vergonzosa. Como si hubiera hechos de los que arrepentirse.
Los clubes no son siempre hábiles para cerrar etapas de las que enorgullecerse. También cabe preguntarse si las salidas de Busquets y Jordi Alba han sido por su trayectoria barcelonista la que se les dio. También se le dijo adiós de manera correcta, mas como puro trámite. No hubo entusiasmos indescriptibles como lo que se vieron en el Benito Villamarín. Y no creo que Benzema, Busquets y Alba hayan merecido, cada uno con sus límites, una bajada de telón con aplausos de la claque. Merecían salir al escenario a recibir las ovaciones que se ganan los actores cuando han protagonizado interpretación sublime. Las que ellos encarnaron.
Posdata. Bellingham ya es del Madrid por seis temporadas. Messi despeja su panorama. Se va a Estados Unidos. Los fichajes más importantes comienzan a aclararse. Kane parece que no acaba de agradar al Madrid. Tiene 30 años y cuesta demasiado. No es amortizable.