La lesión del barcelonista Gavi, jugando con la selección española, ha sido el remate final a las polémicas que existían en los medios de comunicación y en las directivas de algunos clubes respecto del “virus FIFA”. Ahora, que han regresado a casa jugadores muy valiosos con problemas que les obligarán a permanecen en el dique seco durante días, semanas y en caso de Gavi, meses, se han vuelto a plantear las dudas sobre los efectos nocivos que proporciona el exceso de partidos en competiciones nacionales e internacionales. Para este asunto cabría plantear numerosas preguntas.
Para empezar: ¿hay algún futbolista que renuncie a jugar en su selección nacional? ¿Hay alguna entidad que contrate jugadores que no tengan vitola de internacionalidad? ¿ Hay alguna sociedad futbolística que renuncie a los partidos de competiciones europeas sabiendo que ello prolonga el calendario? ¿Hay alguna entidad que renuncie a disputar partidos amistosos en España, Europa, Estados Unidos o Arabia Saudí?
Estamos en contra del manejo de FIFA y UEFA porque se llevan jugadores a los que pagan los clubes. Estamos en contra de lo recargados que están los calendarios, pero no renunciamos a participar en torneos que dan prestigio y dinero. Ni siquiera a los Juegos Olímpicos donde hay más relumbrón que euros.
Consta que hay entidades que tienen programadas sus participaciones en torneos allende los mares y sus jugadores han de partir al día siguiente del final de la Liga española. Tenemos en puertas una sentencia que esperan con ansiedad los partidarios de la Superliga y si los tribunales restan poder a FIFA y UEFA está claro que los grandes clubes organizarán el torneo continental que servirá para que aumenten los peligros de lesiones.
Los jugadores quieren ser internacionales porque en ello está la subida de sus salarios. Pero no les importa participar en competiciones que les reportan buenas primas a pesar de que ello les obliga a cambiar de horarios y a comenzar las pretemporadas cuando ya están deseando descanso.
Es imperdonable que los grandes expresos europeos, es decir la UEFA, que además de las Eurocopas inventa torneos que son dedicados a los mayores ingresos. Los clubes, pongamos por caso, que participan en la Supercopa de España, que como su propio nombre indica se disputa en Arabia Saudí, no renuncian a los millones que se reparten y que no son equitativos porque algunos cobran mucho más que otros, aunque sólo han sido subcampeones. El Valencia acaba de ganar el pleito para reclamar el indecente reparto de ingresos que se hicieron cuando le tocó jugar.
Las selecciones son, en opinión de mucha gente, la perversión profunda, aunque ahora mismo, a la camiseta de la Roja han añadido la pegatina de ganador de la última Europa de Naciones. Es frase hecha, pero veamos quien se atreve a tirar la primera piedra. La de la verdad. Nadie, ninguno, nadie.