Croacia, actual subcampeona mundial, necesitó prórroga y penaltis para eliminar a Japón. A Brasil le bastó menos de media hora para tener resuelto el partido y antes de que acabara la primera aparte marcó el cuarto tanto. La diferencia de calidad entre brasileños y coreanos se hizo patente a partir del minuto 7, cuando Rapihnha hizo una gran jugada que remató Vinicius. Después fue algo más que coser y cantar. A Richarlison le hicieron penalti y marcó Neymar tras interpretar una comedia entre él y el guardameta coreano que intentaron engañarse mutuamente. Richarlison, que aspira a la Bota de Oro mundialista, hizo el tercero y cuando ya nos acercábamos al descanso hizo el cuarto Paquetá a pase de fantasía de Vinicius. Brasil no solo ganó sino que se divirtió y divirtió a los espectadores. Si alguna queja se puede poner al encuentro fue la falta de incertidumbres porque todo estuvo cantado desde el comienzo. Brasil comenzó a ejercer como gran favorito.
El seleccionador brasileño no se anduvo por las ramas y sacó al mejor equipo posible teniendo en cuenta que tiene dos lesionados importantes. Reapareció Neymar para que hiciera un par de toques sutiles. No hubo color mientras el juego dependió en todo momento de los suramericanos. La deferencia de calidad fue tan patente que se puede sospechar que miles de espectadores televisivos cambiaron de antena porque en tan pocos minutos quedó todo dicho y hecho.
Brasil sacó a relucir dos condiciones fundamentales: sabe defenderse y ataca con tal cantidad de jugadores que es casi imposible detener sus avalanchas. Entre otras cosas porque cuando es preciso se incorporan al área contraria Marquinhos y Tiago Silva.
La segunda parte la jugó Brasil a beneficio de inventario. Se fue relajando y su técnico fue dando entrada a jugadores de segundo orden como Dani Aves, Martinelli, Rodrygo y Bremer. Dejando pasar el tiempo sin poner demasiada actitud goleadora llegó la sorpresa con un gran disparo del coreano Paik que hizo lo que siempre se ha llamado el gol del honor. Corea no podía aspirar a otra cosa.
En el otro partido de octavos, Lukakovic, portero de Croacia, es el primer gran héroe del Mundial. Detener tres penaltis en el partido en que se ha tenido que superar la prórroga en la que ninguno de sus compañeros ha sido capaz de marcar el segundo gol es mérito suficiente para que en su país se le considere al menos tan importante como lo fue Modric al conseguir el Balón de Oro. Lukakovic se comportó como el guardameta inteligente que sabe que los diestros suelen disparar hacia la derecha de quien está entre los palos. El único que cambió la norma le batió, pero eso fue insuficiente. Croacia hace cuatro años se clasificó para la final de Moscú. Esta v, en Catar, ha conseguido llegar a cuartos de final.
El partido lo acabaron diez de los jugadores que no habían salido en principio. Para soportar la prórroga era preciso cambiar jugadores que pudieran aguantar el peso de un encuentro en el que solo valía ganar. Los japoneses trataron de crear una barrera infranqueable y jugar al contragolpe rápido pata batir a los croatas. Estos, dirigidos por Modric, solo pudieron conseguir el empate. El juego fue con alternativas en las que los croatas pretendieron tocar más el balón y los japoneses vencer a base de velocidad y juego más directo al área contraria. Los penaltis creo que hicieron justicia. Los vencedores de Alemania y España esta vez se toparon con un once que no cesó en pelear por cada pelota. Aunque hubo muchas imprecisiones la llegada a la prórroga y los penaltis, la primera situación en estas condiciones del Mundial, mereció la pena.