Japón necesitaba ganar a España y no se tomó el partido en ataque como el de Pearl Harbour, sino todo lo contrario. Al comienzo prefirió conservar y esperar un momento propicio. Y llegó cuando el almirante Irasaku Yamamoto tocó a rebato y en cinco minutos la selección española se vio perdiendo por 1-2 con los nipones. Y con la actuación inesperada de Costa Rica que ganaba a Alemania, como esta del campeonato. Los germanos nos salvaron de la caída al ganar finalmente a los costarricenses. La goleada del primer partido nos salvó. Japón se instaló en el primer puesto y a España en el cruce de octavos le tocará enfrentarse a Marruecos, que ha demostrado ser conjunto a tener en cuenta.
Para la selección española el juego fue complicado porque se topó con una línea de cinco defensas, con cuatro guardianes por delante. Los japoneses dejaron solo un delantero. En esta tipo de juego era difícil entrar y por ello el gol que desatascó fue un centro de Azpilicueta rematado de cabeza por Morata. Ni siquiera el tanto en contra hizo rectificar a los nipones. Hubo minutos en que en su campo había veintiún futbolistas. Faltaba Unai Simón porque estaba en su portería.
El seleccionador francés Deschamps, creyó que tenía fácil ganar a Túnez y por ello alineó al segundo equipo. Además estaba ya estaba clasificada para octavos Deschampss se equivocó porque Túnez se lo puso tan difícil que incluso echando mano de Rabiot, Mbappé, Griezmann y Dembelé se topó con la derrota. Luis Enrique, que siempre ha sido atrevido y partidario no hizo grandes cambios ante Alemania. Se limitó a los relevos imprescindibles. Contra Japón cuando había que jugarse la clasificación hizo cinco modificaciones. Azpilicueta volvió al lugar que Carvajal ocupó ante Alemania, deficientemente, y Pau Torres entró al centro junto a Rodri. Para atacar por las bandas contó con Balde en lugar de Jordi Alba y Nico Williams. No erró Luis Enrique en sus decisiones del principio porque el equipo mantuvo el ritmo adecuado aunque en algunas ocasiones no prestó la mejor atención a la entrada por las bandas. Balde se multiplicó cuando se le exigió pero a Nico Williams se le dio poco protagonismo pese a los cual hizo un par de jugadas con peligro con el pase al área.
Ante un equipo tan dedicado a imposibilitar el juego de los españoles, España debió buscar más llegadas por las bandas. Contra nueve hombres en el centro era muy complicado encontrar el pase filtrado. El arranque en tromba de los nipones sorprendió a los españoles que además tuvieron la deficiente actuación de Unai Simón que esta vez no fue el aventajado alumno de Iribar.
Los japoneses se emplearon a fondo y el segundo gol que será muy discutido porque dio la impresión de que el balón había salido el campo, ganaron una serie de balones que en la primera parte habían perdido. Se llevaron muchos rebotes y muchos balones divididos. Al contragolpe, cuando los españoles buscaron remediar lo ocurrido, fueron más peligrosos todavía. Con el marcador en contra Luis Enrique sustituyó a Morata y Nico por Ferrán y Asensio y, posteriormente dio entrada a Jordi Alba por Balde y Ansu Fati por Gavi. Y ya todo fue inútil. La única oportunidad la tuvo Olmo pero el portero, muy atento, se hizo con ella pelota.
Los angustiosos minutos en que España estaba eliminada desaparecieron cuando Havertz marcó dos tantos a Keylor Navas. Alemania se sobrepuso al resultado y, aunque quedó descartada, salvó el honor. Para España fue providencial que los germanos batieran a Costa Rica. El 7-0 del primer partido, el gol average nos salvó. La clasificación no obsta para que tengamos en cuenta que la joven selección de Luís Enrique ganó a Costa Rica, empató con Alemania y ha perdido con Japón. Balance preocupante.