Hierba

Imagen del interior de 'Hierba'.

FMParadiso.Imagen del interior de 'Hierba'.

Durante la Guerra del Pacífico (1937-45), 200.000 mujeres asiáticas fueron vendidas, secuestradas, y violadas en burdeles militares para servir sexualmente a los soldados japoneses. La mayoría de estas víctimas fueron mujeres jóvenes de Corea. Mujeres de consuelo.

* * *

En Seúl cae la tarde. Frente a la embajada de Japón en la capital de Corea del Sur hay una estatua. Es una niña de pelo corto, descalza y con las manos en el regazo. A veces la gente le coloca un gorro o una bufanda. Para que no pase frío la niña. La niña de bronce. A veces hay ramos de flores. En ocasiones no está sola. La gente la rodea y recuerda.

Lee Ok-Sun fue una mujer de consuelo. Una expresión hermosa si no produjera asco. Lee Ok-Sun era de una familia tan humilde que sus padres se la entregaron a una pareja de otro pueblo. No tenían para comer. Una boca menos que alimentar. Mejor así. Allá comerás, le dijeron. Ella era mujer, el hermano debía estudiar. Ella debía partir. Y partió. Con seis años.

Lee Ok-Sun fue vendida y vendida y vendida. Y cayó en manos del ejército japonés. La trasladaron a Manchuria, China, y allí la almacenaron en una casa de confort. Otro eufemismo. Confort para los soldados, que sin alma, acudían a las barracas, elegían a las chicas y las violaban. Mercancía de placer.

Portada de 'Hierba'.

Portada de 'Hierba'.

A Lee Ok-Sun  y a algunas de las otras niñas esclavizadas por el ejército japonés las llegaron a violar más de 30 veces en un día. Las normas decían que los soldados debían ponerse condón. Pero ni condón ni piedad. Y ante el reclamo o la resistencia, un golpe.

Alguna de aquéllas mujeres de consuelo quedó embarazada. Desesperada, buscaba algún sitio elevado desde el que lanzarse y perder al bebé. Lee Ok-Sun, contrajo la sífilis. Un fastidio para el proxeneta que la explotaba. A Lee Ok-Sun la obligaron a ponerse en cuclillas sobre una palangana de mercurio caliente, para que el vaho penetrara en su vagina y se llevara la enfermedad. Que había que trabajar, que había que consolar a los soldados. El vapor del metal se llevó la sífilis. Y la dejó estéril.

Muchos meses atrás compré Hierba, que no sé si es un cómic o una novela gráfica o estoy hablando de lo mismo. No entiendo de este género. No lo leí hasta esta semana. En dos viajes en tren y algunas horas de insomnio. Hierba es obra de la coreana Keum Suk Gendry-Kim. Cuenta la historia de Lee Ok-Sun. Sin adjetivos, ni sensiblerías, ni recreaciones. No hace falta. Entre otras cosas porque las viñetas creadas por Keum Suk Gendry-Kim están dibujadas con tinta negra que llora.

No conocía más que de pasada la historia de las mujeres de consuelo. Esclavas sexuales, por más que Japón haya repudiado una y otra vez esa terminología. Cuando he buscado documentación, cuando he buscado imágenes de Lee Ok-Sun, datos sobre ella, he desembocado en la página de la Casa del Compartir. Nombre hermoso para un hogar de halmonis, palabra coreana que, descubro, significa abuelas. Abuelas, en este caso, a las que se esclavizó.

Es una niña. Con el pelo corto como corto se lo dejaron a Lee Ok-Sun cuando llegó al primer burdel

Lee Ok-Sun llegó en 2013 a la Casa del Compartir y desde allí no paró de luchar porque Japón le pidiera perdón. A ellas y a las otras 199.999 niñas a las que violaron una y otra vez, una y otra vez, los soldados del Imperio del Sol Naciente.

En 2021 un tribunal de Corea ordenó al Gobierno de Japón el pago de 75.000 euros a cada una de las 12 mujeres aún vivas que lograron dejar atrás los prostíbulos militares. Pero no el recuerdo. Dinero, en fin, para apaciguar la herida.

En Séul hay una estatua de bronce ante la embajada de Japón. Es una niña. Con el pelo corto como corto se lo dejaron a Lee Ok-Sun cuando llegó al primer burdel. Descalza, como vivía Lee Ok-Sun. Con un alma de bronce que sale por la mirada de metal.

Leo que Lee Ok-Sun murió a finales del año pasado o comienzos de este. Apenas encuentro referencias en medios asiáticos en inglés. Tan pocas que siento que quizá Lee Ok-Sun, de 94 años, vendida a los seis y violada durante tres años cuando cumplió los 16, aún está en algún sitio. Acaso en un jardín, caminando descalza sobre la Hierba.

Lee Ok-Sun (i), junto a la autora de 'Hierba', Keum Suk Gendry-Kim (d). (Imagen de Instagram).

Lee Ok-Sun (i), junto a la autora de 'Hierba', Keum Suk Gendry-Kim (d). (Imagen de Instagram).

Sobre el autor de esta publicación

Fernando Mas Paradiso

Historiador y Máster en Historia. Inició su carrera como periodista en el diario El Mundo (España) en 1989, donde ejerció como redactor, jefe de sección, redactor jefe, corresponsal en Londres y subdirector de www.elmundo.es en dos etapas. En 2014 modificó su rumbo profesional. En 2016 fundó El Independiente. Tras dos años en el proyecto se lanzó a la consultoría de medios. Nació en Montevideo (Uruguay) en 1966 y reside en España desde 1976.