Florilegio del nuevo castellano, la pedantería y los pinitos poéticos V

Pedro Sánchez, Yolanda Díaz y Santiago Abascal, a su llegada a Prado del Rey.

EFEPedro Sánchez, Yolanda Díaz y Santiago Abascal, a su llegada a Prado del Rey.

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Todo o casi todo lo anterior ha sido superado, sin embargo, por el descubrimiento del tercer sexo o género, abierto además a numerosas variantes internas.

Irene Montero, titular (o titulara) del Ministerio de Igualdad, o de desigualdad a favor de la mujer por eso de su discriminación histórica y los pecados machistas (o machistos) desde Adán y Eva hasta hoy mismo, aún tiene tiempo para aprovechar su presumible formación filológica en la modernización del español o castellano. No es que yo comparta sus lecciones o piense por un momento que ha emprendido el mejor camino para mejorar nuestra lengua, antes al contrario. Ni siquiera parece haber encontrado muchos seguidores entre sus compañeros de Gobierno. Pero se agradecen las cuchufletas de vez en cuando. En adelante tendríamos un tercer género que, con numerosas subdivisiones, se alejaría de las “aes” y los “oes” para identificarse (es un decir) con los “ies”. Bueno, seguramente que aquí, en los “ies”, el artículo masculino no pega, pero tampoco el femenino. Habrá que inventarlo.

La perspicacia de doña Irene se resume muy bien en esa novedosa trilogía de “los niños, las niñas y los niñes”. Un trinomio de difícil acoplamiento en nuestro idioma. Si los niños y niñas son los hombres y mujeres de poca edad, ¿quiénes serán los “niñes”? Hay, ciertamente, un colectivo LGBT, pero no está claro que los gais u homosexuales masculinos quieran integrarse en este neologismo. O las lesbianas u homosexuales femeninas. O los bisexuales, los transexuales o los travestis. O los que, sencillamente, pasan del sexo. Todo eso, aparte de que estos supuestos no constan en la clasificación binaria del DNI. ¿Sería correcto referirse, por si acaso, a los Ministros, Ministras o Ministres precisamente para “visualizar”, como ahora se dice, a ese tercer colectivo tantas veces discriminado por omisión?

Vaya otro ejemplo de contumacia mitinera: “Levantad la voz a quienes os ha costado tanto ser escuchadas, escuchados, escuchades”. Una perla en la revolución lingüística. Lamento no recordar el nombre de su autor.

¿Y por qué no avanzar hacia los “niñis” o “niñus”? Habrá de estudiarse asimismo el singular, porque suponemos que los integrantes del grupo de los “es” serán antes personas individuales que no caben ni en la “a” ni en la “o”. Y, por otro lado, la “e” ya está ocupada desde siempre, en singular y en plural, por uno de los géneros o sexos de toda la vida, o por los dos. El “hereje” se desdoblaría en el “herejo” y la “hereja”. Y con el cónyuge sucedería algo similar, y con el grumete y con el conserje y así sucesivamente. Sin olvidar tampoco los participios presentes que, acabando en “e”, sirven tanto para el masculino como para el femenino.

Como puede observarse, la señora ministra no ha hecho más que indicar el camino a seguir. Luego, cuando la ideología sexista en nuestra lengua esté más avanzada (o avanzado o avanzade) vendría la ingente tarea de adoctrinar, no ya a la población española en general, sino también a los centenares de millones de hispanoparlantes (e hispanoparlantas) que, a lo peor, se toman a cachondeo las últimas lecciones de la Madre Patria.

Por si faltara poco, el actual presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha dado supremo espaldarazo a “soldados y soldadas” mientras pasaba revista al contingente español destacado en Lituania. Ha sido en los primeros días de julio del año del Señor 2021. Quede el dato para la historia de nuestra moderna jerigonza. Hasta ahora, según el diccionario de la RAE, la soldada sólo habría sido “el sueldo que se paga a un soldado o marinero” o en su segunda acepción el dinero recibido por un trabajo. Hoy el idioma español es un poco más rico.

En octubre de 2021, durante la clausura del Congreso Federal de Comisiones Obreras, la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, la misma que ha propuesto la sustitución de la patria por la matria (no confundir con la Pachamama andina) habló de “autoridades” y “autoridadas”, olvidando los “autoridados”. También lamentó ante el presidente de Iberdrola la suerte de “los más débiles y las más débilas”. Pero Irene Montero se mantiene en vanguardia con la siguiente frase: “nosotros, nosotras y nosotres juntas somos más fuertes”. ¿Por qué no juntas, juntos y juntes en lugar del solitario femenino? ¿Y por qué no fuertes, fuertas y fuertos? Hace falta una nueva y progresista Real Academia de la Lengua que ilumine y coordine el imparable proceso de renovación del castellano.

(Seguirá)

Sobre el autor de esta publicación

José Luis Manzanares

Nació en 1930. Obtuvo Premio Extraordinario en la Licenciatura de Derecho por la Universidad de Valladolid (1952) y en el Doctorado por la Universidad de Zaragoza (1975).

Ingresó en la Carrera Judicial en 1954 y se jubiló como Magistrado de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo el año 2000. Es también Abogado del Estado (jubilado) y Profesor Titular de Derecho Penal (jubilado). Fue Vicepresidente del Consejo General del Poder Judicial entre los años 1990 y 1996. Desde 1997 es Consejero Permanente de Estado.

Amplió estudios en la Universidad Libre de Berlín Occidental y en el Instituto Max Planck de Friburgo.

Ha pronunciado numerosas conferencias en España, Colombia, Cuba, Alemania e Italia.

Ha publicado más de un centenar de trabajos jurídicos, amén de nueve libros, entre ellos dos Comentarios a los Códigos Penales españoles de 1973 y 1995, habiendo participado en otros diez de carácter colectivo. También ha traducido algunos textos jurídicos del alemán, entre los que destaca la última edición (la 4ª) del Lehrbuch des Strafrechts (Parte General) del Profesor Jescheck. Ha llevado durante años la Sección jurisprudencial del Anuario de Derecho Penal y Ciencias Penales. La misma labor desarrolló en la Revista “Actualidad Penal”, de la que fue Director durante algunos años, desde su primer número hasta su cierre el año 2003. Es también autor de unos comentarios en 2 Tomos al vigente Código Penal tras su reforma por la Ley Orgánica 5/2010, editados por Comares, Granada. Su último libro, publicado el año 2012 por la editorial La Ley, de Madrid, se ocupa de “La responsabilidad patrimonial por el funcionamiento de la Administración de Justicia”.

Ha colaborado en algunos periódicos nacionales, como ABC, Diario 16, La Razón, El Mundo, El País, La Gaceta de los Negocios, La Clave, Epoca y Expansión, y semanalmente, durante muchos años en Estrella Digital. También en la revista alemana “Juristenzeitung” y otras especializadas de México y Argentina.