Pedro Sánchez se negó en las últimas elecciones generales a un debate con Pablo Casado y ese es uno de los motivos por los que no se entiende que Alberto N. Feijóo acepte, ahora, un debate con un Sánchez mentiroso, capaz de las mayores felonías, como cuando dijo a Mariano Rajoy, en otro debate, que no era una persona ‘decente’.
Feijóo, al que Sánchez le sacará su antigua amistad con el narco Dorado, y en capítulo internacional le reprochará que no sabe hablar inglés, se va a meter en la trampa de un despiadado Sánchez que tan necesitado está de salir en televisión porque a pasear por las calles no se atreverá.
Además, como ya lo ha comprobado Feijóo en el Senado, Sánchez no va a responder a ninguna de las preguntas que le haga Feijóo y venderá lo que él considera sus conquistas sociales, mientras presume que la economía ‘va como una moto’ y acusa al PP de tener: bloqueada la renovación del Poder Judicial; y un pacto de Gobierno con Vox.
Y ahora, y tras el enésimo error del PP que ha anunciado en la campaña el cierre del ministerio de Igualdad, Sánchez acusará a Feijóo de anti feminista. Y todo ello mientras el presidente despliega una colección de mentiras para que sea Feijóo el que tenga que dar explicaciones y no al revés.
Puede que Feijóo crea que ganará el debate con facilidad y que ello le va a servir para atraer a los votantes de Cs y a los de Vox. Pero si pierde este debate televisado también habrá perdido las elecciones. Motivo por el que no se entiende que, con semejante alto riesgo, Feijóo quiera jugar a ‘la ruleta rusa’ con Sánchez.
De manera, y todavía están a tiempo, que el PP debe rectificar y renunciar al debate televisado con Sánchez, digan lo que digan en La Moncloa, porque en este caso vale el malévolo dicho italiano de ‘soldado que huye sirve para otra guerra’.
Lo que está claro es que si Feijóo fracasa en el debate Sánchez no le dará otra oportunidad y el líder del PP habrá caído en una trampa sin explicar los motivos por los que ha aceptado correr este temerario riesgo con Sánchez. En el que Feijóo, que va por delante en las encuestas, tiene mucho más por perder que por ganar.
De manera que ahora el ‘excéntrico’ es Feijóo por recoger uno de los seis guantes que Sánchez le acaba de lanzar.