Algunos de mis colegas se están poniendo finos. Ha corrido la especie, tal vez bien dirigida, de que el actual seleccionador nacional, Luis de la Fuente, quiere contar con jugadores nacionalizados. De entrada se piensa en Le Normand, de la Real Sociedad, quien ha dicho alguna vez que es francés y se siente como tal. Sorprende que junto a este nombre están apareciendo otros cuyo apellido denota procedencia foránea, pero se olvida que estos jugadores jóvenes en los que ahora se repara han nacido en España y aplicando el derecho del suelo tienen tanto derecho como cualquiera de nosotros a sentirse españoles y, consecuentemente, con derecho a jugar en el equipo nacional aunque el apellido denuncia cierta procedencia extranjera. Alguno de ellos, además, si no estoy equivocado es de madre española. Razones constitucionales suficientes para que no se le anote en la lista de nacionalizados, lo cual es pura simpleza.
Hace muy poco la selección de baloncesto triunfó con un jugador nacionalizado a todo correr. Y ya desde hace muchos años en el fútbol hemos tenido jugadores cuya nacionalización ha sido bien acogida. Especialmente por la calidad de sus oficio. Empiezo a pensar que de la misma manera que hay españoles a quienes no les suena Leovigildo, y por lo visto tampoco les interesa, tenemos escasez de memoria cuando olvidamos que al Mundial 62, Chile, en la lista de jugadores estaban Di Stèfano y Puskas. El elenco de extranjeros nacionalizados, o en el mejor de los casos con doble nacionalidad, ha formado parte de nuestro equipo nacional. Me pregunto a qué viene ponerse tan estrechos, tan tiquis miquis.
Alguno de los nombres que se citan tiene más argumentos de españolidad que ciertos internacionales muy recientes. Por nacimiento, en el que pienso, creo que es gallego. La cuestión reside en si él se define futbolísticamente como español. No es el caso del madridista Álvaro, nacido en España pero se siente uruguayo. Y lo ha proclamado. En la selección ha habido casos de futbolistas que ni siquiera se han visto obligados a proclamar españolismo. Algunos de los foráneos alineados han sido figuras destacadas. Baste recordar entre los recientes al centrocampista del Villarreal, Marcos Senna, que fue pieza básica en la Eurocopa que ganó España con Luis Aragonés al mando. En la selección actual no hemos discutido ningún nombre por su partida de nacimiento. El pasaporte hace años que dejó de ser lo único importante. Hace tiempo que se valora más el gol, pongamos por caso.
Posdata. Carlos Ancelotti ha tenido que bailar con la más fea. Es decir en años en que el club no ha hecho las inversiones galácticas y se ha desprendido de algún jugador importante. El entrenador ha dirigido grandes campañas, como la anterior. ¿Por qué se le pone en duda?