Casado, Tezanos y otros fiascos

Taza café

Taza café

La mayoría de las ventanas de la sede del PP de la calle Génova 13, en Madrid, permanecieron encendidas hasta altas horas de la madrugada tratando de fabricar el relato imposible que permita salvar al soldado Casado del fiasco del 13-F. Convocar elecciones en Castilla y León para pasar de 29 a 31 escaños y para cambiar a Ciudadanos por Vox no parece, de entrada, una jugada que le permita ni afianzar su maltrecho liderazgo dentro del Partido Popular, ni hacer olvidar la apabullante victoria de Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid, ni, por supuesto, avanzar en su intento de desalojar a Pedro Sánchez del Palacio de la Moncloa.

Esta amarga victoria vuelve a situar a Casado en el centro de la diana y abre la veda de cara al congreso popular del próximo mes de junio. Los tambores de guerra no tardarán en repicar sin descanso para intentar desestabilizar al todavía presidente, y muy pronto, ‘voces destacadas’ del Partido Popular empezarán a cuestionar que sea el candidato idóneo para desbancar al PSOE.

Pablo Casado ya sólo puede seguir gobernando Castilla y León si Santiago Abascal se lo permite, con todo lo que ello supone de humillación para el líder popular. La campaña de Mañueco ha sido mediocre y ha permitido el apabullante crecimiento de Vox, lo que más temía Génova, aparte de una victoria socialista. Ahora, si quiere sobrevivir al antojo de la extrema derecha tendrá que aceptar la entrada en su gobierno de García-Gallardo, el victorioso cabeza de lista ultraderechista, como vicepresidente.

Teodoro García Ejea, secretario general de los populares, ha dicho que no, que ellos quieren gobernar solos, pero es bien sabido que no siempre se consigue lo que se desea, especialmente si no se tienen argumentos, o diputados en este caso, para hacer realidad los sueños.

Es bien sabido que no siempre se consigue lo que se desea, especialmente si no se tienen argumentos, o diputados en este caso, para hacer realidad los sueños

El que tampoco ha logrado hacer realidad sus sueños ha sido José Félix Tezanos, máximo responsable del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Otro de los grandes fiascos del 13-F. En su sondeo 'flash' del pasado 7 de febrero pronosticaba unas victoria del PSOE con 5-6 escaños de ventaja sobre el PP y un empate técnico entre la derecha y la izquierda. El resultado, sin embargo, ha vuelto a dejar al descubierto la ancestral enfermedad de sobredimensionar a la izquierda que padece el que fuera secretario del Área de Estudios y Programas de la Ejecutiva Federal del PSOE, cargo que parece seguir ostentado todavía, aunque sea desde la clandestinidad de su despacho de presidente del CIS.

Tezanos no ha dado ni una en Castilla y León. Sostuvo que el PSOE iba a obtener entre 29 y 34 escaños y ha conseguido 28; que el PP iba a tener entre 24 y 30 y ha obtenido 31; que Vox iba a tener entre 8 y 9 diputados y tendrá 13; que Ciudadanos se iba a mover entre 2 y 5 y se ha quedado con 1; los mismos que ha obtenido Unidas Podemos para quien el bueno de Tezanos había pronosticado entre 2 y 4. Sostuvo también el empate entre la derecha y la izquierda y la realidad, tozuda realidad, es que PP y Vox alcanzan los 44 escaños y PSOE y UP se quedan en 29.

No es la primera vez que se le va la mano al CIS desde que Tezanos es su presidente. Se le ha ido en las 18 elecciones anteriores celebradas desde su desembarco en 2018. Habría que preguntarse si realmente es aceptable, incluso para el propio partido socialista, un sectarismo tan zafio en una institución que aunque siempre es proclive al Gobierno de turno nunca había alcanzado estos niveles de manipulación y descrédito.

Ha habido más fiascos en estos comicios de Castilla y León. El del PSOE, por ejemplo. Ha pasado de 35 a 28 diputados y el fracaso entre comillas del PP no debe servir para ocultar que lo socialistas se han despeñado sin contemplaciones. Más fiascos: el de Francisco Igea que ha salvado sus muebles pero no los de Ciudadanos que camina sin remedio hacia la desaparición. Y el de Podemos que ni aún tirando de Yolanda Díaz ha logrado salir de la nada.

La ultraderecha ha sido la gran triunfadora del 13-F con el peligro que esto conlleva. Ha pasado de 1 a 13 diputados y todo parece indicar que todavía no ha tocado techo. Cada día que pasa, la mediocridad del PP le allana el camino más y más y quien sabe el recorrido que todavía le queda por delante a este virus que acaba con todo lo que se interpone en su camino; en su camino de la derecha, se entiende.