En San Mamés, cerca de los infartos

En San Mamés, cerca de los infartos

EFEATHLETIC CLUB / FC BARCELONA

Las antañonas crónicas de las páginas deportivas en ocasiones como la de San Mamés solían decir que habían visto un partido no apto para cardiacos. Y tal vez el tópico pudiera valer ahora si se analizan especialmente los dos momentos finales. Tanto antes del descanso como en la prolongación de la segunda parte crecieron emociones. Para los bilbaínos porque se les escapó un empate por gol anulado en jugada en la que intervino Munian con el brazo que invalidó el tanto de Iñaqui Williams. Pero no fue solo eso porque el VAR ya había intervenido que para dar legalidad al tanto barcelonista.

En los instantes finales, con el Athletic volcado sobre la zona barcelonista hubo tres remates en el área de Ter Stegen, los tres consecutivos, en los que no llegó el tanto casi inexplicablemente. Los dos entrenadores hicieron varios cambios para asentar sus deseos. En los vizcaínos creció el empuje para que se pudiera llegar al final sin instantes de tregua A Xavi le llevó a intentar de nuevo que Ansu Fati de alguna muestra de su valor y justamente tuvo el remate de gol y tampoco llevó la pelota a la red. El guardameta barcelonista, una vez más, salvó a los suyos con dos intervenciones extraordinarias.

El Athletic aspiraba a ganar puesto europeo y el Barcelona a mantener diferencia de nueve puntos con el Madrid. Fue partido de gran presión, de disputas sin restricciones mentales, con velocidad, con largos desplazamientos de pelota, con posesiones muy breves y hubo que esperar al minuto 49, para que se llegara al descanso con un gol válido. Lo marcó Rhapinha y tras la anulación, el VAR le dio validez. Y todo parecía resuelto para medio encuentro y llegó la última jugada en la que los bilbaínos reclamaron penalti. No lo hubo y se llegó a la media parte con los corazones alterados.

Los dos equipos tenían en mente la necesidad de ganar. El Barça alineó a Sergi Roberto de lateral derecho con lo que esa banda no podía tener otra efectividad que la de parar a Nico Williams a quien su entrenador había cambiado de posición. El equipo catalán precisaba que entrara en juego Lewandowski y cuando este lo hizo en un pase filtrado magnifico, se quiso da un pasito más y cuando intentó rematar Aguirrezabala ya le impedía el toque final. Fue la gran ocasión barcelonista antes del gol. El Athletic tuvo la suya en remate de cabeza de Raúl García que dio en el larguero.

Hubo más intensidad física que calidad futbolística, pero la constancia de ambos conjuntos en la persecución de la pelota dio interés a la pugna. Es de supone que entre los bilbaínos nació la indignación por las ocasiones perdidas y sobre todos por intervención del VAR. Su equipo hizo méritos para, al menos, lograr el empate.

Posdata. El fútbol empieza a parece lo de menos. Tenemos suficiente interés por el caso del Barça y Enríquez Negreira. El problema va para largo y complicado.

Sobre el autor de esta publicación

Julián García Candau

Nació en Vila-real (Castelló). Periodista.

Fue jefe de Deportes de “Ya”. Jefe de Deportes, Redactor Jefe y cronista parlamentario de “El País”. Director de Deportes de Televisión Española. Director de Deportes de la Agencia EFE. Director del diario “AS”. En la actualidad es colaborador de “Levante”.

Libros: “Santana”, “El fútbol sin ley”, “Historia de los Mundiales”, “Madrid-Barça- Historia de un desamor”, “La moral del Alcoyano”, “Bernabéu, el presidente”, “Celos, amor y muerte. Tragedias y pasiones del toreo” y “El deporte en la Guerra Civil”. Este libro el 26 de abril de 2008, el Premio de la Crítica en Valencia.

Ha colaborado en la Enciclopedia Espasa y en varios libros de diversos autores, entre ellos, “Historia de los espectáculos en España” y “Periodismo especializado”. En la actualidad es el único periodista en activo que informó de la victoria de la selección española de fútbol en la Copa de Europa en 1964. Posteriormente, asistió a las de 1968, 1980 y 2004.

Ha sido cronista de partidos de la selección española de fútbol desde 1963. Es el periodista deportivo que más crónicas ha dedicado al equipo nacional.

Ha sido enviado especial en campeonatos del Mundo de Alemania-74, Argentina-78, España-82, México-86, Italia-90, Estados Unidos-94, Francia-1998 y Alemania 2006.

Ha dirigido cursos de verano en la Universidad Menéndez y Pelayo de Santander y Juan Carlos I en Ronda, sobre cuestiones deportivas.

Ha pronunciado conferencias sobre deportes, olimpismo y lenguaje deportivo en diversas universidades españolas. Formó parte de la Comisión de Prensa del Comité Olímpico Internacional durante cinco años.

En 1975 le otorgaron el Premio Promosport en San Sebastián.

En 1989, recibió el Premio de Periodista del Año de “El Mundo Deportivo” de Barcelona.

En 1992 le fue concedido el premio Víctor de la Serna de la Asociación de la Prensa de Madrid. Es el único periodista deportivo que lo posee.

En 2006, le fue otorgada la medalla de plata el Mérito Deportivo. También fue distinguido con la Medalla del Barón de Coubertin que concede el Comité Olímpico Internacional.