La paz empieza nunca. Esta podía ser la sentencia sobre los problemas del fútbol español. Salió rebotado Luis Rubiales y le ha sucedido en el cargo, aunque sea provisionalmente, el extremeño Pedro Rocha. No es, en opinión de muchas gentes cercanas a los grupos oficialistas, el hombre idóneo para mandar aunque sea por poco tiempo. Se le relaciona con Rubiales y ello no le concede categoría personal para tomar decisiones. La provisionalidad aconsejaría que meditara cualquiera de las medidas que se deben tomar desde el alto mando federativo.
Jorge Vilda ha sido destituido y el puesto ha pasado a ocuparlo la que fue su segunda en la selección: Montse Tomé. Hay dudas metafísicas sobre la afección que va a tener entre las jugadoras internacionales. Se está poniendo en duda que a su llamada acudan las que se supone que deben estar todas las elegidas. Ya han surgido opiniones respecto de lo que su nombramiento aporta como solución. Al parecer, Monste, que también aplaudió, podría toparse con la renuncia de algunas jugadoras. Entre las campeonas y aledaños se quiere que haya cambios más profundos y la designada no figura entre los deseos de quienes luchan por borrón y cuenta nueva.
Luis de la Fuente ha continuado al mando de la Roja, pero también está, muy cuestionado. No se entiende muy bien que Vilda haya sido despedido por aplaudir el discurso de Rubiales y se haya mantenido a De la Fuente que también estuvo de pie como palmero. Las explicaciones posteriores fueron excusas de mal pagador.
A los jugadores, en general, se les reprochó que no salieran rápidamente a dar la cara por sus colegas campeonas del mundo. Ciertamente hubo muy pocos que defendieran a Jenni. Finalmente, los seleccionados para jugar contra Georgia han acordado un texto, leído por Morata, capitán del equipo, en el que se expresa educadamente estar a favor de su compañera besuqueada. En el texto no hay grandes entusiasmos y, según trascendió, costó llegar al consenso sobre el mismo.
Posdata. Jenni Hermoso, finalmente, como se le aconsejaba, ha presentado denuncia ante la Fiscalía y esta, a partir de este momento puede comenzar a tomar cartas en el asunto. Ahora es cuando a Rubiales se le puede caer el pelo. Más que con las decisiones de los estamentos futbolísticos, FIFA, UEFA o el CSD.