Embarrar como técnica de juego

Pedro Sánchez en la ONU.

EFEPedro Sánchez en la ONU.

En futbol la técnica de embarrar el campo es conocida y la utiliza un equipo malo frente a otro más competitivo. Embarrar materialmente, agua al campo, o en forma figurada a base de empujones, patadas y demás marrullerías para impedir el juego y desesperar al adversario. Es tan legitimo como lamentable, para los jugadores y, sobre todo, para los espectadores ya que supone practicar el antifútbol espantando a los espectadores y finalmente arruinando el negocio.

En política también cabe la técnica de embarrar el debate, embarullarlo, confundir con lenguajes anfibológicos que dicen una cosa y la otra; en resumen, lo que cada cual quiera entender. Escuchar buena parte de las intervenciones de los responsables (?) políticos explica esa técnica del embarre. El actual debate sobre la exculpación o la amnistía de los independentistas empapelados en los tribunales es una caso típico de juego en el barro, ambigüedades, confusiones, simulaciones… forman parte del repertorio. Todo ello para asombro y decepción de la ciudadanía.

La intervención del presidente Sánchez desde Nueva York es buen ejemplo de lo anfibología. No pronunció la palabra amnistía, pero no dejó de aludir a ella. Según Junqueras es un asunto pactado, pero según dirigentes socialistas no está escrito ni firmado. Iceta lo ha explicado con suficiencia: “¿Dónde está escrito?”, con olvido de que estuvo escrito en la nota pública en catalán de ERC tras el acuerdo para la Mesa del Congreso, aunque se borró en la nota en castellano. De manera que no está escrito, pero está escrito. Este hecho da la medida de lo embarrado que anda el debate.

Todo está claro, pero también oscuro. Se entiende mejor a los independentistas que son coherentes en sus pretensiones y ambiciones y no tanto a los socialistas/Sánchez que son más alusivos en espera de que la otra parte haga concesiones que sirvan para justificar el acuerdo. Sánchez sostiene que su política catalana es coherente, pero sin indicar con qué, ya que se compadece mal con sus declaraciones anteriores. Lo que los socialistas/Sánchez esperan es que sus socios necesarios hagan concesiones al menos de intención (renuncia a la unilateralidad), que siempre son reversible si conviene al momento. Tanto como la posiciones del propio Sánchez que se acomodan a su conveniencia con la complacencia de sus deudos.

En un campo embarrado el respeto a las reglas del juego (no dar patadas ni empujones, por ejemplo) es complicado, casi imposible. Y en la actual política se percibe otro tanto. Por ejemplo, cuando se toman decisiones antes de que la norma legal que las ampara esté vigente; por ejemplo, burlando los procedimientos preceptivos con impunidad; por ejemplo, invadiendo competencias de otros poderes constitucionalmente independientes del poder ejecutivo.

Todo esto abunda en estos tiempos justificado por el fin último que puede ser la denominada pacificación (?) de los catalanes o la obtención de una investidura a cualquier precio. Una política confusa, embarrada, que para nada contribuye al progreso y la estabilidad aunque entretiene a los instalados en el poder para seguir en el cargo.

Sobre el autor de esta publicación

Fernando González Urbaneja

Nacido en Burgos en 1950, licenciado en Ciencias Políticas y titulado en Periodismo.

Desde 1999 hasta el año 2006 profesor asociado del departamento de Historia Económica en la Universidad Carlos III.

En la actualidad es colaborador habitual de los diarios ABC y otras publicaciones. Desde noviembre de 2003 a diciembre de 2011 preside la Asociación de la Prensa de Madrid y desde abril del 2004 hasta septiembre de 2008 Presidente de la Federación de Periodistas de España (FAPE).

Autor de los libros “Rumasa” (Planeta, 1983); “Banca y poder, la pasión por ser banquero” (Espasa Calpe, 1993); “Ética en la empresa informativa” en “Ética y empresa, visión multidisciplinar”, (Fundación Argentaria-Visor, 1997).

El Gobierno le designó en mayo de 2004 como miembro del comité de expertos para la reforma de los medios de comunicación de titularidad del Estado.

Actualmente es Decano del Departamento de Periodismo y Comunicación Audiovisual Facultad de Ciencias de la Comunicación Universidad Antonio de Nebrija.