El vudú patriótico

Puigdemont charla con Yolanda Díaz

EUROPA PRESSPuigdemont charla con Yolanda Díaz

En plena crisis de 2008, escuché a Felipe González, en un debate en la Academia de Ciencias Morales y Políticas de Madrid que compartió en 2012 con Santiago Muñoz Machado, Dolores de Cospedal, Miguel Herrero de Miñón y Miquel Roca Junyent, decir que la crisis económica en España remitiría tarde o temprano, pero que se mantendría la crisis territorial que sufría por el encaje de Cataluña y Euskadi. Y era necesario buscar una solución.

En el País Vasco la desaparición de ETA en 2011 marcó una agenda alejada de la deriva segregacionista, aunque en las últimas elecciones generales EH Bildu empató en escaños con el PSE y el PNV. Pero todo hace indicar que en los próximos comicios vascos la coalición PNV-PSE garantizará una pax romana que está sirviendo para cicatrizar heridas, reescribir relatos y, sobre todo, para disfrutar de una normalidad democrática sin miedo, sin tiro en la nuca.

Sin embargo, en Cataluña, a raíz de que explotara el caso Pujol, el independentismo fagocitó incluso a los nacionalistas moderados, antigua CiU, actual Junts per Catalunya (gracias a ellos, Aznar llegó por momentos a hablar catalán en la intimidad), y juntos se lanzaron al monte en una aventura que ha durado nueve años, entre 2012 y 2021, repleta de algaradas, declaraciones de independencia, referendos ilegales, juicios interminables, exilio y cárcel, mucha cárcel.

Casi todo este tiempo, de 2011 a 2018, bajo los gobiernos del PP, con Mariano Rajoy como presidente. Las mayorías del PP en España coincidieron con la mayoría independentista en Parlament.

¿Cuándo empezó a cambiar la situación? Sin duda, con la llegada de Pedro Sánchez a la presidencia del Gobierno en 2018 se acabó el ‘a por ellos’ y arrancó un diálogo difícil que, tras una batería de indultos a los principales líderes del independentismo y acuerdos para aupar y mantener al madrileño en el palacio de la Moncloa hasta la fecha, desembocó en una victoria aplastante del PSC con Sumar en las últimas elecciones generales y una derrota sin paliativos de los partidos independentistas. Antes, con Salvador Illa como candidato, los socialistas catalanes se convirtieron ya en los comicios autonómicos de 2021 en la primera fuerza política.

Son precisamente las victorias de los socialistas en Cataluña las que minimizan la derrota en España el 23J -16 escaños de diferencia les sacaron los populares-, e incluso les legitima para seguir gobernándola.

Tras casi una década muy convulsa, con el problema territorial de Cataluña perturbando la estabilidad territorial de España, la sociedad catalana ha premiado en las urnas a quien ha planteado soluciones políticas -y no sólo judiciales- al colosal barullo montado por el independentismo, que se olvidó incluso de gestionar los problemas reales de Cataluña en aras de un soberanismo cansino y miope a ninguna parte.

Por eso, ahora, la amnistía que plantean Junts y ERC, entran dentro de la misma lógica que ha seguido hasta ahora Pedro Sánchez. Que es a cambio del voto en la investidura, faltaría más, ¿no? Pero formará parte de ese pasar página que reclama una amplísima mayoría de la sociedad catalana y una buena parte de la española.

Por eso no entiendo la preocupación patriótica de Felipe González cuando ahora Cataluña está más integrada en España que en 2012 cuando empezó el lío soberanista, cuando ahora el problema territorial del que él alertaba ese mismo año está bajo mínimos. Que no existe arrepentimiento y que pueden repetir la broma. Pasarán muchos años, hasta que el independentismo tropiece de nuevo en la misma piedra. Mientras tanto, podemos cultivar el diálogo entre contrarios, hasta llegar a aprender que la Constitución admite la amnistía pero no contempla la autodeterminación.

En cuanto a Alfonso Guerra, otro artista de los últimos días, verlo encamarado al micrófono de la COPE convertido en una caricatura de sí mismo, no es plato de gusto. Por momentos, me pareció ver en él el empeño del viejo curandero haitiano que patentó el vudú patriótico.

¿Habrá tenido algo que ver su conjuro político con la COVID que ha contraído Pedro Sánchez?

Sobre el autor de esta publicación

Jorge Bezares Bermúdez

Jorge Bezares Bermúdez (Guadiaro, Cádiz, del 7 de mayo de 1962) es periodista y consultor político y empresarial. Durante 28 años trabajó en el Grupo Joly, donde ejerció en su última etapa como corresponsal político en el Congreso de los Diputados. Y colaboró con Mundo Obrero, El Cocodrilo, Nueva Tribuna, Público, Viva y Campo de Gibraltar Siglo XXI. En sus artículos procura ser un defensor radical de la verdad y la tolerancia. Y, sin ningún género de dudas, es y ejerce de gaditano de Cádiz, Cádiz y de Puertatierra, sin necesidad de pasaporte.