El VAR sigue siendo válido

El VAR sigue siendo válido

EFEREAL MADRID / REAL SOCIEDAD.

Siempre creí en las bondades del VAR. Siempre consideré que había llegado para evitar muchas injusticias y, sobre todo, errores humanos con los que siempre había que contar. Sigo creyendo en sus notables ventajas, pero también considero que hay demasiadas ocasiones en que la interpretación de las reglas continúe prestándose a opiniones contrapuestas. Se han dado demasiados casos en que no ha habido respuestas coherentes a las señaladas por el árbitro de campo y el del VAR. En cuanto entramos en el terreno de la interpretación nos metemos en campo minado. Además, el VAR ha venido para restar autoridad al hombre que está cerca de la jugada porque este, en los casos de duda, acaba por aceptar que desde la oficina de los televisores se le corrija o se le diga que ha acertado.

En mi opinión, lo peor es el hecho de que hay ocasiones en que el árbitro comunica visiblemente que por el pinganillo le están advirtiendo de que debe examinar la decisión tomada. El artilugio, al tiempo que ayuda a los jueces les está restando juicio propio. En demasiadas ocasiones esperan a que se le diga si su decisión ha sido correcta. Por ello, a veces, no toman decisiones instantáneas. El temor a que el error sea denunciado impide que mantengan el espíritu sentenciador.

Lo más llamativo ocurre cuando hay una falta que puede ser grave y el pinganillo no les asiste, El pasado domingo, en el Madrid-Real Sociedad, el árbitro no sacó la segunda tarjeta amarilla a Nacho en falta evidente, que vio medio mundo y que habría sido la expulsión del jugador madridista, y no se le avisó de que la actitud del jugador era de gravedad evidente. En este caso, el señor Melero López se abstuvo e indirectamente le dio razones al dirigente de Atlético, Gil Marín, por sus quejas. Al parecer, los del VAR no debían actuar en un caso como este. Si ello es así el sistema pierde valor. Una expulsión puede ser tan importante como un penalti. En este caso, la autoridad fue demasiado libre.

Posdata. El Ayuntamiento de Valencia y el propietario mayoritario de la entidad futbolística, Peter Lim, han llegado al acuerdo para terminar el nuevo y ya viejo estadio. Si tal sucediera podría ocurrir que fuera el mejor campo de España para un equipo de Segunda. Lim está haciendo lo posible para que el Valencia descienda. Y no quiere vender.

Sobre el autor de esta publicación

Julián García Candau

Nació en Vila-real (Castelló). Periodista.

Fue jefe de Deportes de “Ya”. Jefe de Deportes, Redactor Jefe y cronista parlamentario de “El País”. Director de Deportes de Televisión Española. Director de Deportes de la Agencia EFE. Director del diario “AS”. En la actualidad es colaborador de “Levante”.

Libros: “Santana”, “El fútbol sin ley”, “Historia de los Mundiales”, “Madrid-Barça- Historia de un desamor”, “La moral del Alcoyano”, “Bernabéu, el presidente”, “Celos, amor y muerte. Tragedias y pasiones del toreo” y “El deporte en la Guerra Civil”. Este libro el 26 de abril de 2008, el Premio de la Crítica en Valencia.

Ha colaborado en la Enciclopedia Espasa y en varios libros de diversos autores, entre ellos, “Historia de los espectáculos en España” y “Periodismo especializado”. En la actualidad es el único periodista en activo que informó de la victoria de la selección española de fútbol en la Copa de Europa en 1964. Posteriormente, asistió a las de 1968, 1980 y 2004.

Ha sido cronista de partidos de la selección española de fútbol desde 1963. Es el periodista deportivo que más crónicas ha dedicado al equipo nacional.

Ha sido enviado especial en campeonatos del Mundo de Alemania-74, Argentina-78, España-82, México-86, Italia-90, Estados Unidos-94, Francia-1998 y Alemania 2006.

Ha dirigido cursos de verano en la Universidad Menéndez y Pelayo de Santander y Juan Carlos I en Ronda, sobre cuestiones deportivas.

Ha pronunciado conferencias sobre deportes, olimpismo y lenguaje deportivo en diversas universidades españolas. Formó parte de la Comisión de Prensa del Comité Olímpico Internacional durante cinco años.

En 1975 le otorgaron el Premio Promosport en San Sebastián.

En 1989, recibió el Premio de Periodista del Año de “El Mundo Deportivo” de Barcelona.

En 1992 le fue concedido el premio Víctor de la Serna de la Asociación de la Prensa de Madrid. Es el único periodista deportivo que lo posee.

En 2006, le fue otorgada la medalla de plata el Mérito Deportivo. También fue distinguido con la Medalla del Barón de Coubertin que concede el Comité Olímpico Internacional.