No es cierta la fractura del Gobierno de coalición entre PSOE y UP, por el contrario, Sánchez, que el martes no estuvo presente en el Congreso ni votó (ni de forma telemática) a favor de la reforma de la Ley Montero, da la impresión que le ha tomado el pelo a Feijóo a quien, en ‘agradecimiento’ por el apoyo del PP le ha recordado, de manera infame, la vieja foto en el barco del narco Dorado.
Y para completar ese ‘agradecimiento’ el PSOE anuncia una comisión de investigación en el Congreso sobre el caso Kitchen, mientras vetan otra comisión sobre el ‘Tito Berni’ porque Patxi López dice que ‘no hay caso’.
De lo que se deduce que Sánchez le ha dado el timo del ‘Tocomocho’ a Feijóo para que les salve la reforma de la maldita Ley Montero. Y para que, como en la máxima lampedusiana, ‘todo cambie para que todo siga igual’.
Es decir enfrentamientos impostados en el Congreso entre PSOE y UP, con agresiones de Podemos al PSOE (‘traidores al feminismo’) y pellizcos de monja del PSOE a PP (‘ya está bien de peroratas’). Y al final PSOE y UP de la mano en el Gobierno de coalición hasta las elecciones del 28-M y luego ya veremos qué ocurre.
Feijóo debió exigir a Sánchez el cese de Montero como condición previa al apoyo del PP a la reforma de la Ley, pero Cuca Gamarra, que habló mucho de electoralismo, se achantó, para aparentar feminismo del PP de cara al 8-M, y al final el PP le salvó a Sánchez el Gobierno de coalición.
Lo que demuestra la condición de ‘pardillo’ de la política nacional de Feijóo. El que sigue, con cierta confusión en sus mensajes, a la espera de que un ‘tsunami’ de votantes hartos de Sánchez lo lleven en volandas a los altares de La Moncloa. Porque, visto lo ocurrido, todo apunta a que el ‘jefe’ de la Oposición y del PP no acaba de despuntar.
Como lo demuestra el que sea Tamames -de momento- quien encabece la anunciada moción de censura de Vox contra Sánchez, y no el propio Feijóo como debiera, visto el estruendo que habita en el Gobierno y en la pésima situación política, económica y social del país.
Es decir estamos huérfanos y rodeados entre un Sánchez destructivo y feroz y un Feijóo que no acaba de dar un paso al frente, como sería su obligación y a la espera de que las elecciones municipales del 28-M ofrezcan a Feijóo una clara victoria sobre Sánchez, como dicen las encuestas y está por ver.