Una a una se van despejando las incógnitas que condicionan la campaña electoral de los comicios del 28 de Mayo. La reforma de la Ley del sí es sí ha superado su ‘primera prueba’ gracias a la ‘ingenua’ colaboración del PP, y con aparentes e irreconciliables discrepancias entre PSOE y Podemos.
Y la fiesta del ‘día de la mujer’ pasó sin pena ni gloria con manifestaciones separadas y menos afluencia que en los pasados años, pero sin tensiones de mayor cuantía en el bloque feminista de la izquierda.
Con lo que Pedro Sánchez parece haber salido indemne de ambas pruebas una vez que el Gobierno de coalición sigue en pie, gracias a que Feijóo no le puso a Sánchez como condición para entregarle los votos del PP el previo cese de la ministra Montero, como habría sido lógico y obligación de Feijóo.
Un Sánchez que ni votó su propia reforma ni apareció por el Congreso. Y que ayer miércoles le restregó a Feijóo la foto, de hace 30 años, en la que el hoy líder del PP aparecía en un barco del ‘narco’ Dorado. Un golpe bajo de política de baja estofa que recuerda aquel debate electoral televisado en el que Sánchez le dijo a Rajoy: ‘usted no es una persona decente’.
Y para que no falte de nada en el agradecimiento de Sánchez a Feijóo por el apoyo del PP a la reforma de la Ley Montero, Patxi López anunció desde el PSOE la apertura en el Congreso de una Comisión de Investigación del caso Kitchen (para citar a declarar el ex ministro de Interior Fernández Díaz), a la vez que el PSOE veta otra Comisión sobre ‘El Tito Berni’ porque López dice que ya ‘no hay caso’.
Mientras tanto la ínclita ministra Montero se ha ‘fugado’ a Nueva York a dar una charla en la ONU y a descansar y pasear por la ‘gran manzana’. Pero su compañera Belarra ya está agitando desde UP otra bronca con el PSOE a propósito de la Ley de Vivienda, y especialmente en lo relativo al control de los precios de los alquileres.
Sin embargo, el Gobierno de Coalición de Sánchez se mantiene unido y en la dirección nacional del PP los estrategas se dedican a la caza de moscas y a esperar de que la presidenta del Congreso, Batet, anuncie la fecha que más le conviene a Sánchez para la moción de censura presentada por Vox y que en principio va a liderar Ramón Tamames, salvo incidente inesperado.
Una moción y un debate que van a boicotear con descalificaciones a Vox los partidos de la alianza Frankenstein que apoyan a Sánchez y que en Moncloa consideran un ‘regalo caído del cielo’ para que el fiero Sánchez se luzca y se líe a palos con ‘las derechas’, acusando al PP de someterse a Vox si, como parece, los diputados de Feijóo -que no puede intervenir en la ‘moción’ por no ser diputado y no aparecerá por el Congreso (otro error)- se abstienen en la votación final de la moción de Tamames.
El Gobierno de coalición de Sánchez resiste aunque ahora muy deteriorado, mientras Feijóo confía en que el viento de las encuestas se incremente a su favor por causa de las desavenencias y enfrentamientos en la izquierda y a pesar de que Feijóo se mantiene de perfil, convencido de que esa debe ser su mejor estrategia y su obligada posición.