El PSOE está intentando explicar las medidas adoptadas y tranquilizar a su electorado que ha recibido dos uppercut en la cara de los pensionistas y de los funcionarios públicos. Zapatero ha tenido que desandar el camino y dar carpetazo a sus publicitados programas sociales. La amenaza de no colocar deuda del Reino de España y la lectura de cartilla de los líderes europeos y de Obama le ha bajado del discurso de la Alianza de las Civilizaciones y le ha situado en la cruda y áspera realidad de la macroeconomía.
Ahora, las huestes de Ferraz se han puesto el objetivo de movilizar a todos sus dirigentes, nacionales y autonómicos, para hacer llegar el mensaje de que la cuenta de la crisis la van a pagar los que más tienen, algo muy poco creíble con pruebas en contra como la regulación fiscal de las sicav, que es el vehículo inversor de las grandes fortunas.
El margen fiscal del Gobierno es muy reducido, por no calificarlo de nulo y más después de la subida del IVA. La recuperación del Impuesto sobre el Patrimonio, sin repercusión en la cuenta de ingresos, es un desahogo de la izquierda sesentona y el restablecimiento del Impuesto sobre Sucesiones no es posible sin la colaboración de todas las Comunidades. Queda subir el tipo marginal del IRPF, pero eso solo grava a las rentas medias altas transparentes que no estén camufladas en vehículos societarios de ingeniería fiscal.
La dureza de los burócratas económicos de la UE se impone sobre la ideología y los dirigentes del PSOE buscan desesperadamente equilibrar el desgaste con funcionarios y pensionistas con alguna medida que le siga presentando como el partido de los desfavorecidos. El justicialismo peronista está en el código de barras de Zapatero y de la nueva dirección, mucho menos preparada intelectualmente que los hombres de Felipe González, como Solchaga, Maravall o Boyer.
La siguiente etapa está en la reforma laboral, para la que Zapatero también persigue el acuerdo con los sindicatos que evite una huelga general. La patronal de los empresarios no está tampoco en su mejor momento, con Díaz Ferran seriamente tocado por sus propios problemas empresariales y con más voces, cada día, pidiendo un revelo que se impone por la propia dinámica de la organización y la necesidad de trasladar una imagen sólida de los empresarios, capaz de llegar a un acuerdo que reforme el mercado laboral.
Todo esto empieza a oler a fin de ciclo en el Gobierno y la economía está sacando a empellones a la nueva dirección del PSOE que se calzó las botas de las siete leguas para recuperar el tiempo pasado perdido que, a su juicio, habían dilapidado, los González, Guerra y compañía durante la transición. Demasiados junior y novicias para administrar una crisis como la actual, que han estado jugando a la política, olvidando la economía. Poco pollo para tanto arroz.
En este tablero, Rajoy continúa también, desesperadamente, inmóvil. La valoración de la última encuesta del CIS, por detrás de Paulino Rivero, presidente del Gobierno canario y por mucha cocina que le atribuya González Pons, es terrible. La política es pedagogía y en este momento la sociedad española necesita percibir un liderazgo para el futuro capaz de dar moral y hacer olvidar tantas malas noticias. Alguien que luche como Nadal en la arena de la política y que tenga las ideas tan claras como Iniesta o Xavi en el Barcelona. Mariano tiene que actuar, saltar de sillón ball y definir una estrategia en los dos años que quedan de legislatura. El tiempo no siempre juega a tu favor.
A un año vista las elecciones autonómicas y municipales, a modo de primarias. El resultado va a marcar lo que suceda en las elecciones generales de 2012.Un varapalo al PSOE en Castilla-La Mancha y en alcaldías significativas, como Barcelona y Sevilla, manteniendo el PP sus feudos de Madrid y Valencia, obligaría a mover ficha a la dirección socialista .Los casos de corrupción están en los Tribunales y los tiempos de la Justicia no son los tiempos de la política.
Zapatero necesita cada día más una remodelación de su Gobierno y lograr una estabilidad parlamentaria que le permita aprobar los presupuestos de 2011 y encarar el tramo final de la legislatura. Si los mercados se sosiegan, septiembre es un mes estratégico para hacer una crisis. Tiene a la mitad de su Gobierno quemado y a la otra mitad en el limbo de los monos con las manos en sus ojos, orejas y bocas. El olor a chamusquina se le ha pegado a los zapatos. Conociendo su trayectoria, el Bambi se convertirá en el lobo, como el doctor Jekill en mister Hyde y pasará a cuchillo a algunos para desprenderse del repugnante olor a quemado. Las crisis y las bicicletas son para el verano.