La celebración del día de la Constitución, el mismo día que España se juega el pase a cuartos de final en el mundial de Qatar ante Marruecos, requiebro del pasado, servirá para diluir las ausencias y las disonancias habituales en los últimos años, al menos durante unas horas.
España que debería celebrar con la misma normalidad que otras naciones rememoran los hitos de su historia, el 4 de julio en Estados Unidos, el 14 de julio en Francia o el 11 de noviembre en Reino Unido con el Remembrance day o poppy day, lleva años celebrando el día de la Constitución como un concierto disgregado y desafinado en el que la noticia la protagonizan las declaraciones de los independentistas, nacionalistas y la izquierda republicana anclada en el 36.
La Constitución de 1978 es sin duda el hecho histórico mas importante desde que el 4 de mayo de 1814 Fernando VII decreto la disolución de las Cortes, la derogación de la Constitución y la detención de los diputados liberales, regresando al absolutismo.
El viaje de nuestro país por el siglo diecinueve y las tres cuartas partes del veinte es una reiterada sucesión de fracasos colectivos.
En 1978, se inició un proceso de normalización democrática, de modernización de nuestros ordenamiento jurídico y de incorporación a las instituciones europeas. Como dijo e hizo Adolfo Suarez llevó a la política y a las instituciones lo que al nivel de la calle era normal.
Un país como las demás democracias occidentales que se fundamentan en el Estado de derecho, la libertad de expresión y los derechos individuales y sociales.
Desde el gobierno de Zapatero, el primer accidente en el PSOE que padeció todo el país, la social democracia que había protagonizado con la UCD el pacto constitucional, inicio su desmontaje con el reconocimiento del bilateralismo en la relación con Cataluña, la denominada memoria histórica dirigida a reescribir el pasado de la guerra civil y la alianza de las civilizaciones que pretendía legitimar internacionalmente regímenes políticos no democráticos relativizando las violaciones de derechos humanos.
Superado el crash financiero y la crisis de deuda pública en 2010,el PP obtuvo una gran mayoría, pero no pudo reconducir al PSOE a una renovación del pacto constitucional. La dimisión de Alfredo Pérez-Rubalcaba y la desconexión con sectores sociales que habían sido su caladero de votos, abrió un proceso en la calle Ferraz en el que la archivada moda de las primarias llevó a Pedro Sánchez a la secretaría general primero y a conformar una mayoría parlamentaria aglutinada en el lema de todos contra la derecha.
Un mayoría que rechaza la Constitución y promueve una República confederal en un modelo territorial tan disgregado como inmaduro que sería el paso previo a las declaraciones de independencia. Una vuelta al cantonalismo, aderezado por una recuperación de un republicanismo mitificado que se califica de luminoso, cuando su mérito fue abocar a la guerra civil tras un tremendo fracaso solo imputable a la tolerancia de Azaña con la izquierda de la checa y la anarquía.
Pedro Sánchez ha definido su relación con los grupos parlamentarios que le sostienen en un ejercicio permanente de contraprestaciones que desmontan los logros que España ha conseguido desde 1978: mas libertad, mas progreso para todos y mas Europa.
Un país en el que los vencedores son los que dinamitan la soberanía nacional, los que aspiran aun proceso de balcanización de España para hacer mas efectiva su insolidaridad con los españoles de otros territorios y los que marcan como objetivo una reducción de libertades en un sistema político intervenido al modo bolivariano.
Si Suarez ha pasado a la historia por la transición de 1978 y la Constitución. Calvo Sotelo por abrir las puertas de Europa y la Alianza Atlántica. González por la plena incorporación de España a las instituciones europeas y del socialismo al régimen de 1978. Aznar por la entrada en el euro y liberalizar la economía. Zapatero por la fracasada alianza de las civilizaciones y la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo. Rajoy por evitar el rescate y recuperar el sistema financiero, Sánchez nos sorprende considerando que su mérito para pasar a la historia es la de desenterrador del cadáver de Franco y de personajes que ya están en los libros, estén donde estén enterrados.
Un presidente del gobierno que perteneciendo a una generación tan alejada en el tiempo de la guerra civil y del franquismo, hace esta declaración de fascinación necrófila, habrá provocado irónicos informes en las cancillerías europeas. Añadida la foto de Zapatero y familia, mimetizados en Halloween, podemos componer la foto de portada del preámbulo de la ley de Memoria histórica editada por el BOE.