En el debate en el Congreso de los Diputados sobre la reforma de la Ley del sí es si, de muy escaso nivel político (e incluso soez en las intervenciones de las portavoces de ERC Valluguera y de UP, Muñoz), la portavoz del PP Cuca Gamarra hizo una excelente e implacable intervención contra el Presidente Sánchez y la ministra Montero. A los que culpó de las graves consecuencias de la chapucera Ley. Y de no asumir responsabilidades dimitiendo Montero o cesándola Sánchez.
Pero a la diputada Gamarra le faltó añadir lo siguiente: ‘señor Presidente del Gobierno, a pesar de sus graves errores y de las funestas consecuencias que ha tenido esta Ley, el PP ha decidido aprobar la reforma que propone el PSOE pero no hoy. Sino una vez que haya cesado a la ministra Montero y que dicha reforma se someta a un nuevo debate y votación en el Congreso, con el Gobierno en pleno presente en el hemiciclo de la Cámara.
Algo así sería hacer una verdadera Oposición y no sacarle las castañas del fuego a Sánchez como ha hecho el PP en la votación de ayer para que, tras un reparto de papeles pactado en secreto, el PSOE y Podemos acabarán salvando, gracias al PP, el Gobierno de coalición.
Como finalmente ha ocurrido. Puede que incluso Sánchez y Montero luego lo hayan celebrado en La Moncloa, o en algún restaurante de moda como el famoso Ramsés, que frecuentaba el ‘tito Berni’.
Pero lo de ‘amagar y no dar’ es la constante en el modelo Feijóo de hacer oposición en aras de esa ‘moderación’ timorata con la que el líder del PP pretende colarse por debajo de la puerta de la Moncloa. Y ganar la batalla electoral sin hacer un solo ‘disparo’, ni siquiera al aire.
En suma, Sánchez ha añadido los votos del PP a sus pactos de ‘aritmética variable’ y ha conseguido reformar la Ley Montero sin romper el Gobierno, y Montero se ha mantenido en ‘sus trece’ sin aprobar la rectificación de su Ley y sin dimitir o ser cesada.
Y hoy miércoles ‘todos, todas, y todes’ a festejar el día del feminismo cada uno (una y une) por su lado, y los del PP encantados con haberle echado un capote a Sánchez -‘me debes una’, le habrá dicho Feijóo. Y los españoles en la perplejidad y en la confusión que genera esta clase política y muchos millones de ellos echando las cuentas en casa para llegar a final de mes.
Y a pesar de un cierto optimismo económico que emite el Banco de España para 2023, anunciando un IPC del 1,3 % y menor inflación. Lo que le ha durado muy poco porque después la Reserva Federal de EE.UU. enfrió el pronóstico español anunciando otra importante subida de los tipos USA de interés, lo que ha impactado en los mercados y alarmado al BCE.