A la vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño, no le salen las cuentas de la economía -déficit, deuda, IPC, PIB y paro- ni tampoco las cuentas electorales. Porque ha dicho Calviño que Podemos no existe y que votar a Sumar es como regalar el voto al PP y a Vox. Entonces ¿con quién podrá pactar Sánchez para gobernar si desaparece la extrema izquierda?
Porque si Podemos no existe y Sumar no suma el PSOE deberá sacar 140 escaños lo que resulta imposible de imaginar cuando en las encuestas más recientes los socialistas no llegan a los 100 diputados.
La vicepresidenta Calviño no quiere ser candidata en las elecciones del 23J como lo serán la mayoría de los ministros socialistas del Gobierno. Y parte de los ministros de Podemos (salvo Garzón que también se retira) y siempre que la líder de Yolanda Díaz acepte incluir en sus listas a Ione Belarra e Irene Montero, lo que está por ver y, de momento, nada claro.
Y a la espera estamos de que aparezca la primera oleada de los sondeos electorales, y entre ellos los del CIS que no acertó absolutamente nada de los resultados del 28-M. En los que, entre otros muchos errores, Tezanos anunció que las elecciones municipales del 28-M las ganaría el PSOE con el 2,2 % de ventaja sobre el PP, cuando lo ocurrido ha sido, exactamente, lo contrario.
En todo caso, está claro que la desesperación de Sánchez es tal que no solo necesita desacreditar al PP, presentándolo como la extrema derecha, sino que también tiene que atacar a Sumar porque teme que Yolanda Díaz quite escaños al PSOE por su izquierda.
Y este doble intento de Sánchez de atacar por la derecha y la izquierda es lo que explica su bronco discurso de unos días atrás hablando, ante los que son sus diputados salientes, de una ‘derecha extrema y extrema derecha’. Lo que constituye una manera burda de utilizar el discurso de Podemos.
Con lo que Sánchez explica su desesperación y la necesidad de provocar, en tan solo 50 días, un vuelco electoral para dar la vuelta al resultado del 28-M en unas elecciones municipales y autonómicas. Las que en principio le eran más favorables al PSOE, por el control que antes ejercían en CC.AA. y en los ayuntamientos, que ahora han perdido mayoritariamente y ya están al alcance del PP.
Atención, pues, a la que puede ser la última encuesta de Tezanos porque con ella se despedirá del CIS. Donde habrá que hacer una auditoría y una investigación interna para aclarar lo ocurrido en esta legislatura donde el Centro de Investigaciones Sociológicas no acertó nada, cuando predecía victorias de Sánchez y del PSOE que nunca se llegaron a cumplir.
En cuanto a Calviño sería bueno que explicara a los españoles el por qué Sánchez no cesa a los ministros de Podemos si este partido ya no existe como ella misma lo acaba de de decir.