Lo que no “pue” ser estuvo a punto de ser posible. El Madrid eliminó al Valencia en la tanda de penaltis. Fue un partido en el que los favoritos no mostraron superioridad más que en algunos instantes. Los valencianistas se defendieron con orden y crearon contragolpes en los que debieron marcar algún gol. Lo impidió, una vez, más, Courtois, que hizo las paradas más espectaculares y decisivas. Cierto que también el guardameta valencianista hizo paradas meritorias, pero la mayor parte llegaron de disparos más lejanos. El duelo Ancelotti-Gattuso, lo ganó éste. Con un conjunto notablemente inferior se acercó a la victoria. El Valencia, que en Liga ha mostrado cara de conjunto sin personalidad, ni capacidad para ganar partidos más o menos decisivos, ante el Madrid se reinventó y justificó su participación en este torneo.
El Real Madrid, después de que le afearan que en el último partido salió sin españoles, esta vez, Anceloti, echó manos de dos: Lucas Vázquez y Nacho. El Valencia, que usa lo que puede, alineó a dos españoles, valencianos y de sus cantera: Lato y Gayá. Con arranque de partido tan singular el seleccionador nacional, Luis de la Fuente, que estaba en el palco presenciando el duelo, no podía hacerse ninguna idea para sus métodos que no fuera Gayá. Con tanto foráneo en las alineaciones era natural que los nombres que salieran a relucir fueran extranjeros.
Pasó con que el mejor remate del Valencia, cabezazo del uruguayo Cavani que detuvo a su modo Courtois que es belga. El penalti que hizo el Valencia fue cosa de Comert, suizo, y quien lo padeció transformó en gol. Fue el francés Benzema.(El árbitro Hernández Hernández es español). Son cosas de la globalización.
Ancelotti tiene dificultades en la defensa, en la que no cree gran cosa, optó por lo más razonable que es contar en la derecha con Lucas Vázquez y en la izquierda con Nacho. Para el centro se quedó con Militao que suele estar en estado magnifico, pero se tuvo que retirar a consecuencia de un balonazo en la cara que lo dejó medio aturdido. Modric se quedó en el banquillo y salió en la segunda parte cuando Ancelotti no veía claro el panorama. Sobre todo, después del gol del empate conseguido por Lino en el primer minuto de la reanudación. La labor de maestro de ceremonias corrió a cargo de Kroos, que supo estar en su sitio en cada momento. Camavinga tuvo su oportunidad y no acabó de ser el jugador al que se observa en crecimiento. Fue relevado.
El Valencia con defensa adelantada, sin miedo y con más poder ofensivo del que cabía esperar, bien dirigido por Almeida y reforzado en el medio campo con Lato, para evitar presencia indeseada de Vinicius creó ataques en los que Cavani fue siempre amenaza. Uno de sus remates de cabeza lo tuvo que solventar Courtois espléndidamente.
El Madrid no encontró más recursos con toque genial de Benzema. Rodrygo anduvo despistado y Vinicius, salvó tres carreras y sus participaciones cuando nadie le llama en cuestiones que nada tienen que ver con el fútbol, tampoco fue jugador decisivo.
Llegar a la prórroga fue consecuencia de los fallidos remates de ambos conjuntos. En ella se notaron cansancios y hubo que cambiar jugadores con las musculaturas maltrechas. Llegar a los penaltis fue fruto de un partido jugado entre dos buenos equipos. Sorprendió el Valencia porque no se esperaba tanto. Una vez más cayó en la tanda de penaltis, ejercicio que incluso le costó una Copa de Europa. Fallaron dos defensas: Comert y Gayá. El Madrid fue más efectivo y se ganó el pase a la final del torneo.