Las crisis del Real Madrid suelen durar lo que un constipado. Es decir, sin necesidad de recurrir a los antibióticos. Con cuatro estornudos a tiempo recupera la buena cara. Estamos en vísperas de la disputa de la Supercopa de España, es decir, la que se juega en Arabia Saudí, por razones tan convincentes como los millones de petrodólares que llegan desde allí, y da la impresión de que al madridismo le preocupan más las deficiencias defensivas que el deseo de reivindicarse ante el Valencia, que no es enemigo para sufrir. Sin argumentos convincentes que puedan dedicarse a este encuentro, salvo que sus entrenadores, Ancelotti y Gatusso se las tuvieron tiesas en Italia, parece que lo que interesa estos días son los movimientos del mercado. Y, curiosamente, donde menos rumores hay es en el Bernabéu. Suele ocurrir que mientras proliferan las salvas en diversos lugares, en la Casa Blanca hay silencio porque lo que tenga que suceder, ya sucederá. O sea, sin dar tres cuartos al pregonero como suelen hacer en otros lares.
La Supercopa va ser, si el Madrid cumple con sus propósitos, el ungüento amarillo para curar la derrota en La Cerámica. El primer adversario, el Valencia, no está para grandes eventos. Gatusso lleva pidiendo un centrocampista, como mínimo y da la impresión de que le tomarán el pelo como a todos sus antecesores. La familia Lim no se sabe a qué aspira con el club valenciano, Es perro del hortelano. Ni siquiera se aviene a estudiar ofertas para vender. Con Lim, el Valencia corre el riesgo de desaparecer. No es exageración.
Posdata. Joao Félix se ha ido a crecer a Inglaterra. El Atlético quiere un delantero centro y hay nombres como Menphis Depay y Borja Iglesias. La cesión de Joao deja once millones por la ella y el ahorro de parte del salario. No es mala operación. ¿Volverá si Simeone continúa al frente de la plantilla? Marcelino García Toral y Luis Enrique están si equipo. Más salvas.