Soy la nuera de Tito Seoane, nacido en Oza dos Ríos, aviador que en 1957 atravesó la barrera del sonido y que a lo largo de su vida atravesó nuestros corazones con su bondad.
Él nos enseñó algo muy importante que queremos recordar hoy aquí, en la praza do Concello de Oza-Cesuras: el respeto a las personas, sean quienes sean, vivan en la ciudad o vivan en el Rural.
Que no seamos en Oza-Cesuras unos expertos en los bienes culturales, no quiere decir que alguien pueda venir aquí a destruir nuestro Patrimonio Cultural y su contexto.
Las personas que vivimos en el Rural no somos ciudadanos de segunda.
Nuestros Montes do Gato y su Patrimonio Cultural no son el patio de atrás de ninguna ciudad.
Oza-Cesuras no es el patio de atrás de ninguna ciudad.
Vivimos en el Rural, sí, pero tenemos los mismos derechos que las personas que viven en cualquier ciudad, y la Cultura es un derecho irrenunciable.
En Madrid tienen derecho a conservar su Museo del Prado.
En Barcelona tienen derecho a conservar la Sagrada Familia.
En Santiago la catedral.
Y en Oza-Cesuras, como es un pueblo del Rural, ¿no tenemos derecho los vecinos y vecinas de Oza-Cesuras a que no conviertan en suelo industrial la mayor Necrópolis del Neolítico de toda Galicia y una de las mayores de Europa, con más de cien monumentos funerarios, decenas de petroglifos con insculturas de Arte Rupestre, Caminos y Vías Históricas y un castillo del primer reino de Europa que es el reino de los Suevos, el castillo de Teodomiro, tan Bien de Interés Cultural como la catedral de Santiago?
¿No tenemos derecho las personas que vivimos en Galicia en el Rural a nuestro derecho irrenunciable a la Cultura?
¿No tenemos derecho las personas que vivimos en Oza-Cesuras a que se de publicidad y se informe a todos los vecinos, no sólo a los propietarios, de lo que afectará un megaproyecto industrial a nuestro Patrimonio Cultural y Natural, a nuestra Salud y a nuestro Bienestar para los próximos 30 años, renovables?
Todavía hoy no sabemos por dónde irán las líneas de alta tensión que bajarán de los Montes do Gato hacia nuestras viviendas, pastos, huertas, patrimonio cultural, causando alarma social e indefensión.
Porque ¿sabéis qué sucede?
Que primero se pierde el respeto hacia nuestro Patrimonio Cultural, y luego se pierde el respeto hacia todos nosotros, los vecinos y vecinas de Oza-Cesuras.
Se pierde el respeto a nuestro bienestar.
Se pierde el respeto a nuestra salud.
Se pierde el respeto a nuestras propiedades, cuyo precio se devalúa.
Se pierde el respeto a nuestro paisaje.
Se pierde el respeto a nuestros animales, sean domésticos o silvestres, porque, hay que recordarlo también, los Montes do Gato son la más importante zona núcleo de la reserva de Biosfera Mariñas Coruñesas e Terras do Mandeo, pero tampoco eso se ha respetado.
Acaban de salir dos Declaraciones de Impacto Ambiental, paso previo a la Autorización, diciendo ambas que es “ambientalmente viable” convertir en suelo industrial la mayor Necrópolis del Neolítico de Galicia, socavando nuestro derecho irrenunciable a la Cultura.
¿Sabéis cuál es el único departamento que no ha dado el visto bueno?
¿El de Cultura?
No.
El de Turismo.
¿Y sabéis por qué?
Porque la única autoridad de la Xunta de Galicia que ha visitado en persona el Monte do Gato, y le encantó, ha sido la Directora de Turismo de Galicia, Nava Castro, emitiendo la Axencia de Turismo de Galicia un informe en el que considera que los proyectos de eolización del Monte do Gato causarán “un impacto global significativo al turismo”.
Porque la Cultura es riqueza turística y, la Cultura es riqueza económica y futuro y empleo local.
Pero ¿quién va a querer venir desde la ciudad, a vivir o a visitarnos, al polígono industrial que será Oza-Cesuras si renunciamos a nuestros derechos más irrenunciables?
Saldrán huyendo, horrorizados, de lo que fiximos coa nosa Cultura, coa nosa Natureza, coas nosas paisaxes, cos nosos ríos, cos nosos pastos, cos nosos montes, cos nosos fillos e netos, a los que empobrecimos al depreciarse nuestras viviendas y nuestras tierras.
Ni siquiera nosotros valdremos nada por no habernos defendido como debiéramos cuando teníamos que habernos defendido.
Por eso estamos hoy aquí.
Para decir en voz alta que, en Oza-Cesuras, los vecinos y vecinas no vamos a consentir prácticas antijurídicas con nuestro Patrimonio Cultural, porque la Cultura tiene prevalencia sobre cualquier otro interés.
Estamos hoy aquí, 18 de diciembre de 2022, para decir que pediremos la anulación administrativa y jurídica de cualquier autorización que no se atenga a nuestros derechos más irrenunciables.
En Oza-Cesuras respetamos la Cultura.
En Oza-Cesuras sabemos la riqueza que pueden llegar a generar turísticamente los Montes do Gato.
En Oza-Cesuras no plantamos máquinas sino árboles.
Y, sobre todo, en Oza-Cesuras, respetamos a las personas.
¡Viva a boa xente de Oza-Cesuras!
¡Moitas grazas!