El control de la inmigración

Llegada de inmigrantes

EFEUna embarcación con 157 personas inmigrantes a bordo llega al sur de Tenerife

El problema de la inmigración ilegal no va a menos, sino a más, y eso tanto en España como en el resto de la Europa Occidental. Hay toda clase de embarcaciones que parten del norte de África hacia las costas italianas o españolas, y también numerosas pateras que ponen rumbo a Canarias desde Senegal, Mauritania o Marruecos. Luego están los inmigrantes que prefieren llegar, o lo intentan, a través de otros países como Turquía y Polonia. Hablamos de centenares de miles de gentes que no son refugiados políticos en sentido estricto, aunque muchos aleguen tal condición. En su inmensa mayoría son personas que huyen de la miseria y de un futuro incierto en su patria. Europa sería la esperanza de una vida mejor para sí y para sus familias, un paraíso soñado, donde cualquier trabajo permitiría vivir dignamente.

Se trata, por lo general, de personas con algún dinero y estudios, lo más granado de la población de un país que se juega la vida por llegar a Europa tras pagar a las mafias que trafican con ellos, escogen las rutas y sobornan a los funcionarios de fronteras. Pero una cosa es comprender las razones del movimiento migratorio y otra muy distinta propugnar una política de puertas abiertas de par en par, de modo que ni siquiera haga falta avisar de la llegada. Es evidente que pronto, conforme al principio de los vasos comunicantes, lo que llamamos Europa dejaría de existir por una inmigración masiva que sólo se detendría cuando ya no valiera la pena cambiar un país por otro.

El actual fenómeno migratorio no puede compararse con la emigración española a Hispanoamérica tras la Guerra Civil. Los exiliados españoles fueron recibidos con los brazos abiertos y contribuyeron muy significativamente al desarrollo cultural y económico de las naciones de acogida. Por su parte, nuestra emigración temporal a Centroeuropa, especialmente a Alemania, durante varias décadas fue modélica en todos los aspectos. Se iba con contrato de trabajo o muy sólidas expectativas de obtenerlo rápidamente. Ningún español durmió en la calle o pidió limosna. Y pocos visitaron la cárcel.

Termino con una anécdota personal sobre esta última afirmación. En aquellos años, trabajando en el Ministerio de Justicia, tuve que visitar algunas prisiones alemanas para redactar después el correspondiente informe sobre la introducción de reformas en las nuestras. Pues bien, en todas ellas preguntaba si tenían algún interno español, pero la respuesta fue siempre negativa. Recuerdo que el director de una de las prisiones, como lamentando no poder presentarme a ningún compatriota, me ofreció la oportunidad de hablar con un colombiano que cumplía pena por tráfico de drogas. Hoy, un alto porcentaje de presos preventivos o penados en nuestros establecimientos penitenciarios son extranjeros, y buena parte de ellos se hallaba ilegalmente en España. Por lo demás, bueno es mirar las barbas del vecino, Francia, por ejemplo.

Sobre el autor de esta publicación

José Luis Manzanares

Nació en 1930. Obtuvo Premio Extraordinario en la Licenciatura de Derecho por la Universidad de Valladolid (1952) y en el Doctorado por la Universidad de Zaragoza (1975).

Ingresó en la Carrera Judicial en 1954 y se jubiló como Magistrado de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo el año 2000. Es también Abogado del Estado (jubilado) y Profesor Titular de Derecho Penal (jubilado). Fue Vicepresidente del Consejo General del Poder Judicial entre los años 1990 y 1996. Desde 1997 es Consejero Permanente de Estado.

Amplió estudios en la Universidad Libre de Berlín Occidental y en el Instituto Max Planck de Friburgo.

Ha pronunciado numerosas conferencias en España, Colombia, Cuba, Alemania e Italia.

Ha publicado más de un centenar de trabajos jurídicos, amén de nueve libros, entre ellos dos Comentarios a los Códigos Penales españoles de 1973 y 1995, habiendo participado en otros diez de carácter colectivo. También ha traducido algunos textos jurídicos del alemán, entre los que destaca la última edición (la 4ª) del Lehrbuch des Strafrechts (Parte General) del Profesor Jescheck. Ha llevado durante años la Sección jurisprudencial del Anuario de Derecho Penal y Ciencias Penales. La misma labor desarrolló en la Revista “Actualidad Penal”, de la que fue Director durante algunos años, desde su primer número hasta su cierre el año 2003. Es también autor de unos comentarios en 2 Tomos al vigente Código Penal tras su reforma por la Ley Orgánica 5/2010, editados por Comares, Granada. Su último libro, publicado el año 2012 por la editorial La Ley, de Madrid, se ocupa de “La responsabilidad patrimonial por el funcionamiento de la Administración de Justicia”.

Ha colaborado en algunos periódicos nacionales, como ABC, Diario 16, La Razón, El Mundo, El País, La Gaceta de los Negocios, La Clave, Epoca y Expansión, y semanalmente, durante muchos años en Estrella Digital. También en la revista alemana “Juristenzeitung” y otras especializadas de México y Argentina.