La fiscalía del Estado ha denunciado al Fútbol Club Barcelona por su corrupción arbitral (denuncia a la que se pueden incorporar La Liga y el Real Madrid) por una corrupción arbitral con pagos de varios millones de euros al que fuera vicepresidente de los árbitros de España, José María Enriquez Negreira durante las pasadas presidencias del Barça de Sandro Rossell y Josep María Bartomeu en los años comprendidos entre 2010 y 2018.
Y ambos presidentes (y otros dos altos cargos del Club) acusados en la denuncia de la fiscalía de ‘corrupción, administración desleal y falsedad documental’.
Señalando la fiscalía que esos pagos tenían como objetivo ‘actuaciones tendentes a favorecer al FC Barcelona en la toma de decisiones de los árbitros en los partidos que disputase el Club y en los resultados de las distintas competiciones’.
Estamos ante el mayor escándalo de corrupción deportiva en la historia de la Liga del Fútbol español, que también podría afectar a otras competiciones nacionales (Copa del Rey) e internacionales si en ellas intervinieron árbitros bajo el control o la influencia de Negreira.
Sin duda un gran escándalo que de momento no incluye a los futbolistas y los entrenadores del Barça, salvo que alguno de ellos supiera o hubiera sido informado de estos graves hechos.
Los que en todo caso ponen bajo sospecha un total de trece campeonatos logrados por el Barcelona: cinco campeonatos de la Liga nacional; cinco campeonatos de la Copa del Rey; y tres Supercopas de España. Un total de 13 torneos nacionales que el Barça conquistó entre 2010 y 2018, cuando el Club tenía a sueldo a Negreira por presuntas ‘asesorías verbales’.
La denuncia de la fiscalía no hizo nada más que comenzar y en ella se pretende incluir la declaración, como ‘testigo’, del actual presidente del Barcelona C.F. Joan Laporta.
El que también podría ser acusado en el caso que se comprobara que durante su primer mandato de presidente del Barça, entre 2003 y 2010, también se hubieran efectuado pagos a Negreira lo que algunos medios extienden incluso al mandato anterior de Joan Gaspar.
Lo que de confirmarse, y aunque fueran hechos prescritos, le obligarían a dimitir a Laporta empeorando más si cabe la crisis del Club. Un Barcelona que podría sufrir sanciones de la Liga y de la UEFA ante la gravedad de unos hechos de los que ya existen constancias documentales que confirman esta corrupción arbitral, dañando gravemente la historia y el prestigio del Club.