Dejen el patriotismo en paz

Alberto Núñez Feijóo

EFECumbre del Partido Popular Europeo

Fue Zapatero hace casi un par de décadas el que utilizó el concepto de “patriotismo de “hojalata” para responder a las críticas de la oposición. Hace un siglo Unamuno utilizó un concepto semejante “patriotas de trapo” para descalificar las críticas de los monárquicos alfonsinos, animadores del golpe del general Primo de Rivera, contra la denuncia de Blasco Ibáñez en París con su panfleto “Una nación secuestrada: el terror militarista en España”. La derecha salió en tromba contra el famoso escritor.

Estos últimos días hemos vuelto a escuchar la palabra “patriotismo” como argumento partidista contra la oposición. Desde el presidente a las vicepresidentas y demás portavoces arremeten contra quien no secunda sus planteamientos sobre pensiones, sobre seguridad jurídica o sobre cualquier otra materia susceptible de ser debatida. Feijóo no es patriota porque discrepa del plan de pensiones de Escrivá (de Sánchez-Yolanda) y lo dice en Bruselas. Sánchez le contesta, también desde Bruselas, por hablar de lo nacional en la capital europea. Todo es desproporcionado. En vez de debatir con argumentos se tiran los trastos a la cabeza para ver quien llega más lejos y más ocurrente. Y así seguirá la cosa hasta la votación de finales de año.

Patriota es el que “ama a su patria y procura su bien”, un sentimiento personal difícil de medir y pesar que debería quedar excluido del debate político y de la confrontación partidista. Aunque a falta de otros argumentos y de más trabajo utilizar el patriotismo, como hace un siglo hacían los monárquicos ultras para arrinconar a reformistas, republicanos y demócratas. Aquellos patriotas “de trapo” hicieron poco por el bien de España a la vista de los acontecimientos posteriores.

El argumento “patriótico” es peliagudo, llega fácil a la lengua incluso sin pasar por el cedazo de la inteligencia, escuchar a la izquierda argumentar con el patriotismo suena raro, impostado y populista.

Sobre el autor de esta publicación

Fernando González Urbaneja

Nacido en Burgos en 1950, licenciado en Ciencias Políticas y titulado en Periodismo.

Desde 1999 hasta el año 2006 profesor asociado del departamento de Historia Económica en la Universidad Carlos III.

En la actualidad es colaborador habitual de los diarios ABC y otras publicaciones. Desde noviembre de 2003 a diciembre de 2011 preside la Asociación de la Prensa de Madrid y desde abril del 2004 hasta septiembre de 2008 Presidente de la Federación de Periodistas de España (FAPE).

Autor de los libros “Rumasa” (Planeta, 1983); “Banca y poder, la pasión por ser banquero” (Espasa Calpe, 1993); “Ética en la empresa informativa” en “Ética y empresa, visión multidisciplinar”, (Fundación Argentaria-Visor, 1997).

El Gobierno le designó en mayo de 2004 como miembro del comité de expertos para la reforma de los medios de comunicación de titularidad del Estado.

Actualmente es Decano del Departamento de Periodismo y Comunicación Audiovisual Facultad de Ciencias de la Comunicación Universidad Antonio de Nebrija.