El instante decisivo

Cumbre europea sobre Ucrania en Bruselas

EFEJosep Borrell

“El precio de la grandeza es la responsabilidad” Sir Winston Churchill

En la política, como en la vida, hay momentos en los que tomamos un rumbo o el opuesto en función de una decisión clave que es necesario adoptar rápidamente. Algo similar acuñó Henri Cartier-Bresson y se ha convertido en un concepto fotográfico; se trata del instante decisivo, esa fracción de segundo en la que el artista o el reportero dispara la cámara para atrapar el tiempo, ese tiempo que lo explica todo.

También en la política, como en la vida, las crisis y el dolor despiertan lo mejor y lo peor del ser humano. Por eso tan importante quienes estén al frente en un tiempo convulso y dramático, como el que vivimos. Las ideas son la base del ejercicio de la política pero son las personas las que les dan forma, las hacen posibles o las destruyen. El instante y las personas determinan, tanto o más que las circunstancias, los hechos de la historia.

Durante los 30 días que dura ya la guerra de Putin contra Ucrania han emergido y se han consolidado algunos liderazgos que están haciendo posible lo que nadie creía: una sólida defensa del territorio y de los ciudadanos ucranianos. Volodímir Zelenski, Presidente de Ucrania, destaca por encima de todos, su figura se ha convertido en ejemplo de resistencia y patriotismo valiente, ha conectado con el estado de ánimo de su ejército y de su pueblo convirtiéndose en el líder que necesitan para enfrentarse, con el admirable coraje con el que lo están haciendo, a esta guerra intolerable.

Los líderes europeos, tantas veces denostados, han sido también muy eficaces construyendo una unidad inédita contra la invasión rusa. Posiblemente, Putin no contaba con esa firme decisión de los jefes de Estado y de Gobierno, acostumbrado como está a la división de la Unión Europea y a las asimétricas relaciones bilaterales que mantienen con Rusia los distintos países de la Unión.

En noviembre del año 2021, el Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, presentó su brújula estratégica para Europa (Strategic Compass es su nombre en inglés). Entonces la actualidad tenía otros intereses y, a pesar de que el documento redactado por Borrell a instancias del Consejo Europeo es excelente y supone un cambio radical en la comprensión de la política de seguridad de la UE, no se le prestó demasiada atención. En la introducción del texto, Borrell afirmaba que Europa estaba en peligro y que sufríamos lo que denominó un “encogimiento estratégico” por una economía cada vez menos fuerte en el contexto mundial, una demografía en contracción y una interdependencia y geopolítica cada vez más conflictivas.

El Alto Representante consideraba que la necesaria defensa de Europa requería de un nuevo concepto de seguridad y de una estrategia compartida por los 27. Algunos vieron entonces un ánimo excesivamente pesimista en los argumentos de Borrell e incluso criticaron su supuesto giro hacia posiciones poco “progresistas”. (Los más ortodoxos de la izquierda creen que hablar de guerra, seguridad, ejércitos y defensa es muy inapropiado).

Pero llegó Putin e invadió Ucrania. Ya había ocupado Crimea en 2014 y, entonces, la Unión Europea afirmó que era urgente reducir nuestra dependencia gasística de Rusia pero 8 años después lo somos mucho más. Borrell, que nunca ha tenido miedo a decir lo que piensa, aunque no sea lo que se quiera oír y llamado por el sentido de la responsabilidad que acompaña toda su trayectoria, se estaba adelantando a peligros muy identificados y los exponía, sin atrezzo, ante los líderes europeos.

Desde el inicio de los ataques del ejército ruso, Josep Borrell supo leer el instante decisivo e inició una tarea impresionante buscando la difícil unidad de las 27 capitales, pero también de todos nuestros socios en el mundo, desplegando su diplomacia en África, Los Balcanes, Oriente Próximo, Oriente Medio, Naciones Unidas, OTAN…El Alto Representante ha sabido ejercer un fuerte liderazgo político pero también moral, basta acudir a sus intervenciones ante el Parlamento Europeo (Cámara que, por cierto, ha estado más que a la altura).

Borrell lo vio antes y actuó en consecuencia. Cuando dentro de un tiempo repasemos esta guerra amarga que, sin duda va a cambiar muchas cosas, Josep Borrell ocupará un lugar destacado entre los que supieron ver el momento y actuaron con responsabilidad y grandeza.