Alicia, Mía y Sonia van a quedarse a dormir en casa de Ainoa este fin de semana. A sus 14 años nada es más excitante que pasar una noche fuera de casa. Los padres de Ainoa son muy majos y les parece bien llenar la casa de adolescentes; tienen la muy anticuada idea de que mientras las niñas estén en casa no corren ningún peligro. Las cuatro amigas responden al modelo más general de las chicas de su edad: pelo largo, algún piercing, pantalones ajustados, y, salvo Sonia, que es más redondita, las otras tres son delgadas o muy delgadas. El teléfono móvil es para ellas la extensión de su propio cuerpo, son creativas y divertidas en los perfiles de sus redes sociales preferidas: sobre todo TikTok e Instagram.
El fin de semana, sin cole ni obligaciones extraescolares, es el momento perfecto para dedicarse intensamente a su pasión-dependencia. Llevan meses preparando un planazo: someterse a los desafíos que están más de moda entre las chicas. Se trata de #A4PaperChallenge, #iphone6Challenge y #bellybuttonchallenge, que es el más difícil.
En todo caso, piensan empezar por #SuperglueLips, y para ello han comprado el pegamento más potente que había en la tienda. Se pegarán la parte superior de los labios a la parte inferior de la nariz para parecerse, lo más posible, a Kylie Jenner, modelo norteamericana y propietaria de una empresa de cosméticos. Luego vendrán las fotos y los vídeos que subirán a Instagram, y las risas con los comentarios y los “me gusta”.
El segundo paso, y este no es seguro que puedan conseguirlo las cuatro, será el #A4PaperChallenge, que consiste en mostrar a la cámara que tu cintura es igual o más estrecha que un folio de Din A4 puesto delante de tu tripa; la cintura no debe salirse de los márgenes del folio. Sonia sabe que le será imposible lograrlo, pero no piensa rendirse; ha encontrado una web donde explican, con vídeos incluidos, cómo vomitar para perder los kilos que le sobran. Aún así, Sonia está inquieta y preocupada por que no va a llegar al nivel exigido. Tampoco podrá conseguir una buena imagen en el #iphone6Challenge. Se trata de que tus dos rodillas juntas no midan más que el móvil puesto en horizontal. Sonia tiene las piernas más gorditas; ella es de huesos grandes así que le va a costar muchísimo alcanzar el reto. Pero lo seguirá intentando hasta enfermar gravemente.
El #bellybuttonchalenge exige no sólo máxima delgadez sino gran flexibilidad. Ainoa es buenísima en ese reto: pasa su mano detrás de la espalda, se retuerce y logra tocarse el ombligo! Todas se mueren de envidia cuando lo muestra bailando en TikTok y siempre recibe muchísimos like.
Si buscamos en Google “cómo no comer” encontraremos 84 millones de resultados. Según la Asociación contra la Anorexia y la Bulimia (ACAB), las webs que promueven la máxima delgadez como estilo de vida han proliferado enormemente en los últimos 10 años. Hacer apología de trastornos alimentarios (TCA) a través de internet no es delito en España. En Instagram, las cuentas que promueven los TCA son más de 90.000, llegando a 20 millones de usuarios (9 de cada 10 son mujeres entre 12 y 20 años). Más de 4,5 millones de fotos en Instagram llevan la etiqueta #anorexia.
La industria de la moda que, tras unos años más contenidos, ha vuelto a exhibir modelos de apariencia enfermiza de pura delgadez, la publicidad dirigida a las mujeres y los contenidos de TikTok con su mundo irreal de influencers siempre bellas y delgadas, cuyas seguidoras son falsas amigas y que disfrutan de subidones de serotonina gracias a los “likes”, componen un contexto dañino que promueve una falacia letal según la cual estar delgada significa ser feliz. Todos los expertos en TCA opinan que TikTok, en particular, es un espacio altamente adictivo para personalidades que aún se están formando y que confunden, muchas veces, la ficción con la realidad.
El 70% de los adolescentes no se siente a gusto con su físico y por eso la exposición de cuerpos perfectos que, supuestamente, cualquiera puede llegar a tener es un reclamo tan atractivo como tóxico a esas edades. El servicio especializado en TCA del Hospital del Niño Jesús, en Madrid - que hace una labor extraordinaria - afirma que las hospitalizaciones por esta patología han aumentado un 20% en los últimos años. Los equipos de salud pública están completamente desbordados, no hay infraestructura sanitaria suficiente para tal volumen de afectados. La anorexia y la bulimia, así como otras derivadas de este trastorno mental, son enfermedades largas. Con una buena atención se recuperan entre el 50% y el 60% de los pacientes, entre un 20% y un 30% lo hará parcialmente y un 10% a 20% cronificará la enfermedad. El tratamiento no dura menos de dos años y el coste personal y afectivo para las familias es brutal.
La enfermedad mental sigue siendo tabú en nuestras sociedades, sin embargo hoy, uno de cada 7 adolescentes de 10 a 19 años en todo el mundo ha sido diagnosticado con algún problema de salud mental, según UNICEF. España es el país europeo con una cifra más alta de adolescentes diagnosticados mientras la especialidad de psiquiatría infantil no se aprobó, en nuestro país, hasta el año 2021.
Es intolerable constatar hasta qué punto los dirigentes políticos y empresariales eluden su responsabilidad ante un drama que no cesa de extenderse y que vulnera claramente el derecho a la protección de la infancia y de la adolescencia.
Plataformas virtuales que facturan millones de dólares por contenidos altamente peligrosos, redes sociales que se lucran gracias a imágenes claramente lesivas para el desarrollo sano de nuestras adolescentes, firmas de moda y de publicidad; todos ganan mientras nuestras niñas se pierden en el túnel de la enfermedad mental y física buscando un mundo irreal en el que jamás conseguirán ser felices.