Crisis bancaria, esta vez menos infecciosa

FDIC

EFELa FDIC respalda todos los depósitos en el Silicon Valley Bank

Las crisis bancarias son una constante en la historia financiera; existe un patrón casi predecible, cada generación una crisis, incluso períodos más cortos por la aceleración actual. Las crisis se olvidan pronto y vuelven a cometerse pecados semejantes por nuevos actores. La crisis de estos días es menos infecciosa que la anterior, la de 2007/09 con Lehman en su epicentro y otras causas más profundas en su raíz. Causas que tienen una matriz permanente en todas las crisis financieras: crecimiento desordenado del negocio, mala gestión y relajación supervisora. Crisis que afloran siempre por problemas de liquidez, que suelen esconder solvencia quebrantada de la que es difícil salir sin causar estropicios en el sector y en la economía general.

La vicepresidenta Calviño señalaba (de oficio) estas últimas horas que la crisis es lejana, que no afecta al sistema español que es solido y está bien supervisado. Este último factor, supervisión, que es responsabilidad europea del BCE y demás organismos especializados (aunque falta la garantía europea de depósitos) es una condición conveniente. La supervisión eficaz evita crisis, previene antes del desastre insalvable. Pero lo importante es la gestión eficaz, diligente, de las entidades, El factor humano es esencial en la gestión bancaria: profesionales prudentes con la cabeza ordenada para ponderar los riesgos, para controlar la pasión por el crecimiento y no olvidar la naturaleza del negocio, la exigencia que supone gestionar dinero de terceros. La buena gestión es la piedra angular del sistema; luego si la supervisión es eficiente, pues mejor que mejor. Pero el cimiento está la gestión que debe ser transparente y discreta; pocos dispendios, conocimiento del cliente y mucho cuidado con los detalles.

La crisis actual afecta a bancos medianos con escasa incidencia en el conjunto del sistema. Puede llegar a más si se gestiona mal, pero no parece ser ese el caso. Las autoridades norteamericanas han reaccionado a tiempo y con energía, han aportado soluciones y han dejado claro que quien la hace la paga. Los accionistas afectados lo perderán todo, los bonistas una parte y los depositantes de buena fe recuperarán sus ahorros. Es probable que así ocurra y que no haya contagios ni ola de miedo que complique la existencia de otras entidades.

Esta crisis parece poco contagiosa. Las entidades españolas están alejadas del foco y pasado el susto inicial es lógico que recuperen cotizaciones y negocio. De paso volverán a aprender que el crecimiento poco ordenado es peligroso, que en este negocio hay que contener las pasiones y no dejarse llevar por las emociones. La anterior crisis fue muy dura en España, falló casi todo, la gobernanza de las cajas de ahorro, la gestión, la supervisión y el sustrato de fondo de una economía sobrecalentada y extraviada. Como ocurrió hace década y media todavía se recuerda la lección, es causas y consecuencias. Por eso es probable que el incendio esté controlado en pocos días.

Sobre el autor de esta publicación

Fernando González Urbaneja

Nacido en Burgos en 1950, licenciado en Ciencias Políticas y titulado en Periodismo.

Desde 1999 hasta el año 2006 profesor asociado del departamento de Historia Económica en la Universidad Carlos III.

En la actualidad es colaborador habitual de los diarios ABC y otras publicaciones. Desde noviembre de 2003 a diciembre de 2011 preside la Asociación de la Prensa de Madrid y desde abril del 2004 hasta septiembre de 2008 Presidente de la Federación de Periodistas de España (FAPE).

Autor de los libros “Rumasa” (Planeta, 1983); “Banca y poder, la pasión por ser banquero” (Espasa Calpe, 1993); “Ética en la empresa informativa” en “Ética y empresa, visión multidisciplinar”, (Fundación Argentaria-Visor, 1997).

El Gobierno le designó en mayo de 2004 como miembro del comité de expertos para la reforma de los medios de comunicación de titularidad del Estado.

Actualmente es Decano del Departamento de Periodismo y Comunicación Audiovisual Facultad de Ciencias de la Comunicación Universidad Antonio de Nebrija.